Es importante que el ganadero tenga en cuenta que una vez que el bovino se encuentre en la plaza para venderlo, tiene menor poder de negociación, pues sólo queda la opción de vender, ya que devolverlo al punto de origen o esperar otro día para negociarlo, le ocasionaría pérdidas elevadas. En Colombia no existe control de precios para la comercialización de los bienes. El valor de su venta es el resultado de la libre concurrencia de los agentes en el mercado. En el caso de los bienes agropecuarios, los precios de venta responden rápidamente a los cambios de las condiciones productivas de corto plazo, como pueden ser los volúmenes de oferta, las variaciones climáticas y sanitarias o las decisiones de carácter político que puedan afectar los mercados. (Lea: Carta Fedegán 113) Es de resaltar que en la comercialización de ganado han existido por muchos años cuatro etapas para la formación del precio del kilo en pie del ganado gordo, tanto de hembras como de machos y son las siguientes: 1.Adquisición de ganado en finca: el comerciante o intermediario compra los animales en la finca para ser llevados al punto de venta, a un precio por kilo inferior entre 8% y 13% a los vigentes. La diferencia depende de la distancia a los centros de venta que le permite cubrir los gastos en los que incurre. Entre ellos se pueden mencionar tres que son: a) Los costos del transporte hasta la plaza de negociación o de sacrificio, con los riesgos inherentes de la movilización. b) Los gastos administrativos y legales (bonos de venta, guías de movilización, guías de transporte). c) La pérdida de peso del ganado entre la finca y el punto de sacrificio, porcentaje que puede fluctuar entre el 8 y 10%. 2. El productor o el comerciante lleva el ganado a la plaza final o al frigorífico y para ello incurre en los mismos costos del primer punto, sin tener negociado el precio de venta. (Lea: Ganadero, así se prepara un animal para una subasta comercial) Además, el ganadero asume riesgos al venderlo a uno de los comerciantes de la plaza. Allí, el precio se forma de acuerdo a la oferta diaria de bovinos, con fluctuaciones entre el 2% y el 5%. Es importante resaltar que una vez que el ganado se encuentre en la plaza, se tiene menor poder de negociación, pues sólo queda la opción de vender, ya que devolverlo al punto de origen o esperar otro día para negociarlo, le ocasionaría pérdidas elevadas. 3. El productor lleva el ganado a la plaza final o al frigorífico con el precio negociado antes de su envío, lo cual es positivo porque le permite protegerse de las fluctuaciones diarias de la plaza. Esta modalidad implica una mayor capacidad de negociación del propietario del ganado, unido normalmente a un volumen periódico de venta. 4. El productor o el comerciante lleva el ganado y se lo entrega a un comisionista o colocador para su venta, quienes cobran un porcentaje sobre el precio de venta por sus servicios, con tarifas que normalmente están entre 0,5% y 1%. (Lea: 7 razones por las que se castiga el precio ganado a la hora de venderlo) Aparte de lo anterior, los precios del ganado gordo en pie también se encuentran sujetos a aspectos como son: el peso, la edad y el sexo y a variables subjetivas como la raza y el color del ganado, con un mercado que, en general, prefiere el color blanco de la raza cebú.