Alexander Bermúdez Barboza explica en un capítulo de un texto llamado Avances en la ganadería doble propósito, que la gerencia de fincas se define como el proceso de toma de decisiones mediante el cual los recursos limitados son colocados entre un número de alternativas de producción para organizar y operar el negocio agrícola y satisfacer los objetivos planteados. (Lea: 3 pasos para que un ganadero se convierta en gerente eficiente)
Dicha definición reconoce que la gerencia es una posición que resuelve problemas y toma de decisiones sobre qué y cuánto se requiere hacer, cómo se va a hacer, observar que se haga y cómo se ha realizado.
En el proceso gerencial, existen cuatro aspectos que constituyen la base de una buena organización, cuyo conocimiento exhaustivo es indispensable a fin de aplicar métodos, principios y técnicas correctamente. A continuación, se explican estos elementos:
1. Planificar: Se refiere a aquella parte del proceso gerencial que tiene que decidir acerca de lo que debe ser logrado y cómo conseguirlo. Esta es la función más elemental ya que define los objetivos, los pasos a seguir, procedimientos y políticas para alcanzar tales objetivos.
Una adecuada planificación es el pre-requisito inseparable para el rendimiento efectivo de organización, dirección, control y evaluación.
El punto de partida de la planificación es la comunicación, que hace posible conocer a fondo distintas situaciones, determinar las principales metas y elegir la mejor combinación de medios para lograrlas.
Un agrogerente realiza la función de planificador cuando ejecuta actividades tales como: fijar metas y objetivos para su agronegocio, reconocer e identificar los problemas de la finca y plantear soluciones, buscar y utilizar información de interés para su empresa, considerar las diversas opciones de siembra que tiene para el próximo ciclo, estudiar las mejores opciones de compra de la maquinaria y equipo que necesita, fijar las prioridades de cada nuevo día de trabajo y establecer lo que espera ganar durante el año, entre otras.
2. Organizar: El propósito de la función de organizar es facilitar el cumplimiento de los objetivos por medio de la agrupación y asignación de actividades y por la delegación de la autoridad, tanto como sea necesario. El resultado de este proceso es una estructura organizada, a través de la cual las actividades son más efectivamente coordinadas, controladas y realizadas.
Esta función está vinculada a la planificación con las actividades que se realizan mediante las funciones de dirección y control. (Lea: Aspectos que convierten a un ganadero en un gerente eficiente)
3. Dirigir: La función de dirección se encuentra en las actividades que realiza el gerente para dirigir y motivar a los subordinados durante el desarrollo de sus trabajos con el objetivo de obtener los resultados deseados. Para esto, es necesario comunicar, delegar, motivar a las personas, resolver los problemas que se presentan y asumir responsabilidades.
4. Controlar y evaluar: Esta función incorpora todas aquellas actividades que aseguran que lo que se está logrando efectivamente en el trabajo está de acuerdo con lo planeado. Una importante parte del control gerencial se ejerce a través de la evaluación de resultados, detección de problemas y definición de acciones correctivas.
Esta es una de las peor comprendidas en la gerencia de fincas porque muchas personas ven en la función de control, solo restricciones, normas y registros que ocasionan más trabajo. En realidad, la función de control es algo positivo en la medida en que es un instrumento para lograr los objetivos de la unidad de producción. El control es un mecanismo ideal para el mejoramiento de la organización.