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Foto: animalshealth.es

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¿Conoce usted los tipos de fracturas en caballos?

por: - 31 de Diciembre 1969

Las fracturas son afectaciones cotidianas que se presentan en los animales, específicamente en los caballos, quienes ven limitada su movilidad y hasta tranquilidad. Conozca cuáles son las más frecuentes en este tipo de animales.

Las fracturas son afectaciones cotidianas que se presentan en los animales, específicamente en los caballos, quienes ven limitada su movilidad y hasta tranquilidad. Conozca cuáles son las más frecuentes en este tipo de animales.

Las más comunes influyen los huesos distales de las extremidades. Las fracturas pueden producirse ya sea como resultado de un trauma directo o como consecuencia de una caída, golpe o patada durante el ejercicio intenso. (Lea: Fracturas en extremidades de machos reproductores)

Según lo explicado Equisan.com, existen ocho fracturas que son muy comunes en los caballos:

Fracturas de tejuelo: Suelen producirse por la contusión sobre una superficie irregular y dura. Si la fractura no afecta también al hueso navicular, se pueden curar bien con reposo prolongado y la aplicación de una herradura especifica. Si la fractura afecta a la articulación interfalangiana distal, el pronóstico es reservado. Especialmente en estas últimas suele ser necesaria la fijación con tornillos.

Fracturas de la región de la cuartilla: Afectan con mayor frecuencia la primera falange. Son generalmente longitudinales y se extienden hacia abajo desde la articulación del menudillo. Pueden ser incompleta o completa, desplazada o no desplazada, simple o conminuta. Algunas simples y sin desplazamiento curan bien con un vendaje y descanso, pero la mayoría deben ser reparadas con mayor rapidez y con menos riesgo de complicaciones secundarias mediante tornillos de fijación. Las fracturas conminutas de la cuartilla y la corona tienen un mal pronóstico para la actividad deportiva.

Fracturas de los huesos sesamoideos: Los pequeños huesos sesamoideos en la parte posteior del menudillo actúan en forma de polea para el ligamento suspensor. Las fracturas de estos huesos se producen con bastante frecuencia en los potros jóvenes, al igual que las fracturas por avulsión de la inserción del ligamento suspensor.

Pueden causar dolor y cojera, pero muchas pasan desapercibidas hasta que se realizan posteriormente estudios radiológicos por algún otro motivo. Cuando se producen en los caballos adultos, las fracturas de los huesos sesamoideos pueden dar lugar a coger crónica o recurrente. En los potros, las pequeñas fracturas apicales, por lo general tienen un buen pronóstico con el tratamiento apropiado como reposo y vendaje, pero cuando los fragmentos son grandes el pronóstico empeora.

Fracturas de la caña: Son por lo general longitudinales y pueden extenderse a la articulación del menudillo. Se aplican las misma por tanto que para las fracturas de la cuartilla. A veces se producen fracturas transversas como resultado de una patada o una caída. El pronóstico de estas es reservado, aunque algunos se reparan con éxito utilizando la fijación quirúrgica mediante dos placas y tornillos.

Fracturas de los huesos carpianos: Son fracturas ‘chip’ en los márgenes frontales o laterales de los huesos del carpo. Si son pequeños, pueden aparecer sin provocar signos evidentes de cojera, aunque la mayoría provocan dolor y distensión de la articulación. Muchas de estas fracturas responder bien al reposo, ayudado a veces con la inyección de medicamentos antiinflamatorios en la articulación afectada. Algunos fragmentos de hueso requieren la extracción quirúrgica y esto ahora se logra con la cirugía artroscópica más rápida y menos traumática que con artrotomía.

Las fracturas de los pequeños huesos metacarpianos o metatarsianos rudimentarios son muy comunes. Pueden ocurrir durante el ejercicio o después de una patada o caída. La mayoría se curan con reposo, pero siempre dejan un callo óseo visible exteriormente pero que no provoca dolor y por tanto cojera. A veces si no hay unión es necesario eliminar la porción inferior del hueso afectado para aliviar el dolor asociado.

Fracturas del radio y la tibia: Son frecuentes las fracturas incompletas o de estrés y la recuperación total es posible con descanso. El diagnostico precoz se puede realizar casi siempre por gammagrafía lo que permite hacer un control de la curación total antes de reanudar el entrenamiento y así prevenir complicaciones. Las fracturas completas tienen un pronóstico muy pobre. (Lea: ¿Qué se debe hacer cuando un bovino presenta una fractura?)

Fracturas del codo: Son generalmente el resultado de una patada, por tanto a menudo son completas. En las simples y cerradas y en las sin desplazamiento, la curación se puede producir solo con descanso, aunque se obtienen mejores resultados con fijación quirúrgica mediante la inserción de una placa y tornillos, así como extrayendo los pequeños fragmentos. Las fracturas completas conminutas tienen un pronóstico más reservado, pero la reparación quirúrgica se puede realizar.

Fracturas de la pelvis: estas son una causa frecuente de cojera d extremidades posteriores en los caballos jóvenes en entrenamiento. La mayoría empiezan como fracturas por estrés e incompletas que se curan totalmente si se diagnostican rápido y con reposo absoluto y tiempo adecuado. El diagnostico precoz debería hacerse por gammagrafía ósea. Algunas fracturas de pelvis son erróneamente diagnosticadas como lesiones musculares. Cuando se trata de fracturas completas y desplazadas a menudo se hace necesario el sacrificio del animal.

Cómo diagnosticar las fracturas

Un examen clínico detallado es el punto de partida más importante. La mayoría de las fracturas de las extremidades causan un cierto grado de cojera que varía dependiendo del tipo de fractura y el sitio. Generalmente hay algo de inflamación en la zona afectada y dolor a la palpación o manipulación de los huesos. De vez en cuando se pueden percibir roces de los extremos de los huesos fracturados.

En las fracturas por estrés y algunas incompletas el único signo puede ser solo una leve cojera. Para un diagnóstico preciso de la mayoría de las fracturas son esenciales los exámenes radiográficos. Para las más sutiles será necesaria la gammagrafía ósea. La ecografía puede útil para las fracturas de los huesos en áreas proximales de las extremidades donde la radiografía no es posible. 

Tratamientos

Todas los diferentes tipos de fracturas requieren la reducción, estabilización y descanso para permitir la reparación. Para algunos tipos de fracturas simples e incompletas de la parte inferior de la extremidad los vendajes, escayolas o férulas pueden proporcionar estabilidad adecuada. En las fracturas más complejas, especialmente de los huesos de la zona superior de las extremidades, donde los vendajes, férulas no se pueden emplear con éxito, la fijación quirúrgica utilizando tornillos, placas, clavos o alambres es necesaria para mantener unidos los fragmentos. (Lea: Fracturas)