El proceso de henificación hace referencia a la deshidratación natural del forraje, lo cual permite que se reduzca el contenido de humedad en un 18%. Para que este proceso de lleve a cabo, el productor que elabora el heno debe y analizar ciertas consideraciones al momento de corte de la especie.
Jesús Hemberg Duarte Vargas, médico veterinario zootecnista con maestría en Producción Animal de la Universidad Nacional Autónoma de México, indica que la altura del corte está relacionada con la digestibilidad, por lo cual se deben tomar buenas decisiones al momento de analizar las dimensiones del cultivo y el momento del corte. (Lea: ¿Cómo es un buen heno?)
“Ese momento de corte de la pastura depende de la utilización que se le dé al forraje, por lo tanto puedo decir que existen dos periodos importantes que el productor debe tener claro a la hora de realizar ese corte”, describe Duarte Vargas.
Si dentro de los objetivos de la producción se tienen animales de altos requerimientos, novillos en terminación o vacas en lactancia, se debe priorizar la calidad, por lo cual el momento de corte generalmente es en prefloración.
Sin embargo, “si la orientación de este heno es para animales de bajo requerimiento como vacas de cría o vacas secas, se debe priorizar la cantidad, por lo que el corte indicado es en la madurez avanzada. Es importante tener claro estos parámetros porque no solamente se debe producir ese heno sino saber para quién se está elaborando”, detalla Duarte Vargas. (Lea: Cómo recolectar una muestra representativa de heno y de ensilaje)
Por lo tanto, cuando se está produciendo heno se deben tomar decisiones en función de hacia qué tipo de animales va a estar orientado, conociendo así la relación entre la edad de corte, calidad nutricional y producción de materia seca.
“La naturaleza es muy sabia, por lo cual dependiendo de lo que le introduzca en el rumen del animal, pues así será la respuesta que puedo esperar”, comenta Duarte Vargas.
El experto asegura que el momento de corte de especies como la alfalfa se debe realizar cuando el cultivo está en el 10% de la floración, pues es el periodo en el que existe una buena cantidad de materia seca con elevado valor nutritivo. De acuerdo a Duarte Vargas, “dependiendo del tipo de forraje que tengamos, debemos hacer esos análisis de producción de biomasa en términos de materia seca, digestibilidad y materia seca digestible, que es cuando se toman decisiones”, precisa.
Para el caso del sorgo forrrajero, como todas las gramíneas, el corte es recomendado en el periodo de prefloración, pues al ser este cultivo de tallos suculentos se encuentra que el secado es lento y dificultoso, habiendo alternativas de manejo con el propósito de trabajarlo para el henolaje.
“Una de estas opciones es incrementar la densidad de siembra en un 30% para disminuir el diámetro de los tallos, facilitando el acondicionado mecánico y el oreado del forraje antes de ser elaborado el heno. Aquí entran unos elementos de inteligencia en término del manejo que se le da, pues debemos tener claro el propósito que se tiene”, expresa Duarte Vargas.
El experto aclara que al productor no solamente debe interesarle el momento de corte desde el punto de vista nutricional, sino también analizar aspectos con la altura del corte, ya que hay factores que influyen en este procedimiento.
“Es clave tener presente que si la maquina cortadora es regulada demasiado alta, esta deja el forraje sin cortar en el campo con pérdidas importantes, lo que afecta la velocidad de rebrote del forraje. Pero también se da el efecto contrario, pues si la altura de corte es excesivamente baja se corre el riesgo de causar daños a los meristemas de crecimiento de las plantas, además del aporte de tierra”, sostiene Duarte Vargas. (Lea: Fabricación de heno, la carta para enfrentar duras sequías)
Finalmente, este corte muy bajo genera que se ceda humedad, demorando más el secado con los perjuicios que esto acarrea. Por lo tanto, se deben regular las maquinas en unos rangos de altura entre 5-10 cm, tomando como altura óptima los 7cm.