Diversos ensayos se han realizado para determinar el potencial de la Canavalia ensiformis, una planta que crece en el Caribe seco colombiano, como leguminosa forrajera. Conozca cuáles son los resultados y cómo puede implementarla en su finca, bien de forma directa o como abono.

La canavalia es una planta herbácea de la familia de las fabáceas (frijoles), que se utiliza como abono verde y cultivo de cobertura. Recibe varios nombres que se derivan de compararla con frijol blanco común, por lo que en nuestro país se conoce como fríjol canavalia.

De acuerdo con un artículo de El Tiempo, mejora la fertilidad de los suelos al fijar nitrógeno y puede usarse en programas de rotación cubriendo el suelo. Las hojas se pueden suministrar a los bovinos, y los granos se muelen y se transforman en harina para las aves.

La publicación añadió que los campesinos del Magdalena Medio la usan “para combatir la hormiga arriera, plaga que se come las hojas de los cultivos y los destruye totalmente”. (Lea: ¿Cuáles son las mejores leguminosas para abonos verdes en trópico seco?)

Los campesinos siembran la planta en las bocas de los hormigueros o poniendo alrededor de diez kilos de hojas en estos o en las calles de cultivos, donde “actúa como poderoso fungicida contra las hormigas”, pues frena el desarrollo de un hongo del cual se alimentan estas.

“El alimento en cuestión, preparado con base en picadura de hojas (de cualquier especie que encuentren disponible), es reemplazado por las de canavalia, que por ser un fungicida letal, deja a las hormigas sin posibilidad de alimentarse y condenadas a morir de física inanición”, detalló.

El canavalia también ha sido objeto de estudio en tesis doctorales o trabajos de investigación de entidades como Agrosavia para evaluar otras características. (Blog: Especies forrajeras pueden ser una solución para mejorar la dieta del ganado bovino en invierno)

Por ejemplo, Edwin Castro Rincón evaluó y cuantificó cómo pueden contribuir algunas plantas como abonos verdes a la producción en sistemas lecheros tropicales. El ahora doctor encontró que este fríjol aportó 151 kg/ha de nitrógeno en la producción de forraje de maíz.

Posteriormente, en un trabajo con otros colegas de Agrosavia, evaluó la producción de forraje de C. ensiformis así como de C. brasiliensis Mart. Ex Benth y Vigna unguiculata (L.) Walp. con diferentes edades de rebrote, en condiciones del Caribe seco colombiano.

“Las accesiones de C. brasiliensis, C. ensiformis y V. unguiculata presentaron una buena adaptación a las condiciones edafoclimáticas” de la región, concluyó el estudio, señalando que la producción de C. ensiformis estuvo entre 5 498 y 8 071 kg de MS/ha.

Otro proyecto verificó el efecto del fríjo como abono verde sobre el rendimiento y calidad nutritiva de la Brachiaria brizantha CIAT-26110 cv. Toledo en la Estación Experimental del Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá (IDIAP).

Los autores concluyeron que “para el establecimiento de pastos, es posible utilizar Canavalia como fuente de abono verde”, pues los mayores rendimientos de materia seca del pasto Toledo se obtuvieron cuando se incluyó canavalia + 40Kg N/ha y canavalia + 80kg N/ha.

“El aporte de nitrógeno por la Canavalia ensiformis fue capaz de sustituir el máximo nivel de abono químico recomendado para siembra de pastos, representando ahorro de más de 40 % de costos al establecimiento”, remató el estudio del IDIAP.

Sus semillas también demostraron ser un ingrediente proteínico en la dieta de ovinos, como anotaron expertos del Colegio de Postgraduados de Ciencias Agrícolas en México. (Lea: Así se utiliza el cultivo del fríjol vitabosa como suplemento para el ganado)

No obstante, si bien su contenido en proteína cruda y energía metabolizable lo hacen atractivo para ser incluido en la dieta, “este tipo de semillas poseen diversos factores antinutricionales que limitan su incorporación de forma extensiva en los programas de alimentación de ovinos”, indicó el informe.