Las vacunas se han convertido en una herramienta esencial en la ganadería para prevenir enfermedades y evitar pérdidas económicas en el hato por muertes prematuras. Existen 2 tipos: vivas modificadas y muertas. Conozca en qué consisten, sus ventajas y desventajas.
Las vacunas vivas modificadas contienen una versión de patógenos vivos que han sido debilitados para no causar la enfermedad, mientras que en las segundas están muertos. Alberto García Escalera, gerente técnico de Vacunas y Hormonas en MSD México, ha estudiado esta diferencia.
“Esta es una pregunta que me hacen frecuentemente. Hay evidencia científica que nos habla de que, dependiendo del patógeno que se quiera combatir, van a brindar un nivel de protección mejor que las inactivas”. (Lea: Ganadero, conozca en qué consisten las vacunas reproductivas)
Sin embargo, el experto mexicano detalló 2 puntos críticos antes de aventurarse a argumentar cuál tipo es mejor: el primero se refiere a la seguridad de la vacuna y el segundo es el nivel de protección o eficacia frente a las enfermedades.
“Cuando hablamos de seguridad, obviamente el nivel más alto lo van a tener las vacunas muertas, pero cuando hablamos de eficacia, el nivel más alto lo tienen las vacunas vivas. Hoy hay compañías como MSD que han trabajado en investigación para hacer vacunas vivas seguras, no hay por qué temer en el uso de una de estas”, añadió.
Scott Nordstrom, de MSD en Estados Unidos, señaló que una de las opciones que se enfrentan los médicos veterinarios es usar una vacuna muerta o viva modificada. Según él, "la muerta es más costosa porque requiere más energía y no tiene una protección tan amplia como una vacuna viva modificada".
Por este motivo, a la hora de proteger contra ciertas enfermedades como IBR (rinotraqueitis infecciosa bovina) y DVB (diarrea viral bovina), las muertas tienen menor campo de protección mientras que la otra, al contener un organismo vivo, tiene un espectro más amplio, especialmente contra DVB, que muta constantemente y tiene muchas variedades.
"La mayor preocupación que genera las vacunas vivas modificadas es el riesgo de causar abortos, por lo que se debe desarrollar un plan sanitario desde que el ganado está joven. Debe recibir al menos 2 vacunas antes de ingresarlos al programa de cruzamiento, y la última debe colocarse 60 días antes, así ya estará seguro. Incluso se pueden vacunar las vacas preñadas si han recibido las dosis", añadió
De acuerdo con García Escalera, la creencia de que los patógenos en campo podrían regresar a la virulencia quedó atrás, pues con la tecnología actual ya no se corren estos riesgos y, en cambio, el nivel de protección es mayor. (Lea: ¿Cómo se transmite la Campilobacteriosis genital bovina?)
En esta medida, resulta fundamental aplicar esquemas de vacunación adecuados que permitan el uso de estos biológicos sin peligro para el ganado. El experto precisó que la aplicación no reviste de amenaza, sino que algunas vacunas reproductivas podrían ocasionar abortos, aunque la probabilidad es mínima.
“Cuando hablo de riesgo, no me refiero a que la vacuna pueda producir alguna enfermedad, sino que algunos patógenos como los que producen la rinotraqueitis infecciosa bovina, cuando se administran por primera vez a ganado preñado que nunca había sido vacunado, puede tener un índice de abortos entre el 1 y 2 %”, detalló.
En estos casos, a los planes sanitarios que se aplican en el hato se antecede una preinmunización a las vacas, para que al momento de estar preñadas puedan recibir un virus vivo. (Lea: A la hora de formular un plan sanitario, recuerde el 'timing' de las vacunas)
“Ahora bien, mi opinión, esta vez personal, es que no hay vacunas buenas ni malas, siempre y cuando vengan de una compañía seria. Los ganaderos deben consultar a profesionales que deben establecer el mejor programa de vacunación para cada finca y adaptarlos al estatus de sus animales, el ritmo de producción o las condiciones meteorológicas”, remató.