Los corrales son la infraestructura más importante para el manejo del ganado bovino. Algunas prácticas generan estrés en los animales llegando a generar pocas veces accidentes de toda gravedad en personas y animales.
Las investigaciones recientes han demostrado una correlación positiva entre las medidas basadas en la etología y el mejor comportamiento productivo y reproductivo de los animales domésticos. De acuerdo al Manual 3 ‘Buenas prácticas ganaderas’ elaborado por Ganadería Colombiana Sostenible, las observaciones del movimiento del ganado bovino y de las manadas de animales salvajes indican que tanto los herbívoros domesticados como los que viven en libertad poseen tres patrones de comportamiento instintivo que los ayudan a evitar a sus predadores: (Lea: Importancia de conocer la conducta animal para el manejo bovino)
- La zona de fuga y la tendencia a mirar de frente a la gente y a otras amenazas percibidas: Darse vuelta y mirar de frente a la amenaza potencial permite al animal mantenerse alerta a la posición del predador.
- El punto de balance a la altura del hombro y su efecto sobre la dirección del movimiento: El animal se moverá hacia adelante cuando una persona que está dentro de su zona de fuga pasa la línea de su hombro en la dirección opuesta a la del movimiento que se desea generar. Esto es mucho menos estresante que utilizar un estímulo eléctrico para inducir al animal a entrar a la calceta.
- La tendencia a juntarse cuando se los amenaza: Existe una tendencia del ganado a amontonarse cuando los animales perciben una amenaza. Un ganadero que aplique el esquema de movimiento del tipo limpiaparabrisas o un esquema de zigzag en líneas rectas podrá inducir al ganado a juntas tranquilamente a la manada. Jamás se debe dar vueltas alrededor del ganado.
Es por esta razón que entran en juego los corrales etológicos, que se convierten en una infraestructura para al manejo racional de los animales. Estos corrales tienen en cuenta el comportamiento del animal y las buenas prácticas ganaderas, convirtiéndose así en una herramienta valiosa para el manejo racional y productivo de los bovinos. (Lea: Conozca las ventajas de los corrales etológicos)
Las puertas barredoras, calcetas curvas, embudos, calcetas cerradas, sumadas al manejo respetuoso de los animales puede facilitar las labores propias de una finca ganadera y así evitar accidentes tanto para los animales como para los animales.
Los bovinos dependen en alto grado de su visión y son sensibles a los contrastes bruscos entre luz y oscuridad en los corrales y mangas de manejo, razón por la cual con frecuencia se rehúsan a cruzar un área sombreada o de luz brillante en una manga, por esta situación los embarcaderos deben orientarse de norte a sur para evitar que tengan el sol de frente.
En el caso de la calceta curva, esta tiene ventajas sobre la recta pues evita que el animal vea hacia donde se dirige antes de estar casi adentro (brete, bascula, palpadero o embarcadero), también utiliza la tendencia natural del animal a caminar en círculo alrededor de una persona. Cuando los animales son situados en una calceta de una sola fila, no se les debe forzar a avanzar a menos que puedan ver un espacio abierto hacia dónde dirigirse. Un animal que rehúsa a moverse una vez, continuará haciéndolo con cierta frecuencia.
Las paredes de las calcetas de trabajo, las rampas de embarque y los corrales del embudo deben ser cerradas, con esto se evita que el ganado se distraiga con personas, camiones y otros objetos fuera de la manga, que percibe con su visión periférica y así los animales se moverán con mayor fluidez. Si la calceta parece un callejón sin salida los bovinos se rehúsan a avanzar, por lo tanto deben ver una vía de escape.
Las puertas corredizas al final de una calceta no deben ser cerradas completamente para que el ganado que se aproxima vea animales al otro lado de la misma, estimulando en esta forma la conducta de seguimiento. (Lea: ¿Sabe usted cuáles son los beneficios de los corrales etológicos?)
Las calcetas deben techarse únicamente con materiales cerrados, al igual que las básculas y otros sitios donde se maneja el ganado. No deben usarse techos con espacio abiertos, pues los animales se rehúsan a circular por áreas de luz y oscuridad alternadas que produzcan sobras en el piso.
Finalmente es importante saber que el ruido excesivo distrae mucho a los bovinos, pues escuchan frecuencias más elevadas que el humano. La sensibilidad auditiva del ganado alcanza su máximo a los 8000 Hz, mientras que los humanos son más sensibles entre los 1.000 y 3.000 Hz. Por lo tanto, el bovino se mueve con mayor facilidad cuando se reducen los gritos y otros ruidos.