Una investigación en Cuba evaluó el comportamiento productivo y de salud en cerdos para ceba alimentados con un concentrado no convencional elaborado con harina de soya y morera como fuentes de proteína, y con harina de sorgo y yuca como fuente de energía. Esto fue lo que encontraron.
El estudio se realizó en la unidad porcina de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey (EEPFIH) en Matanzas (Cuba), a 19 m s. n. m. Se emplearon 24 cerdos, hembras y machos castrados, con 75 días de edad y un peso vivo promedio de 24 kg.
Para el diseño del experimento se dividieron los animales en dos grupos: el de control recibió un concentrado comercial al 100 % y el segundo recibió el concentrado basado en harinas. (Lea: Así varía la alimentación de los porcinos en cada etapa de su vida)
Los cerdos se pesaron al inicio de la evaluación cada 14 días. Se determinó el consumo de alimentos (kg/día), la ganancia de peso diaria (kg/día) y la conversión alimenticia (kg de MS/kg peso vivo), así como indicadores hematológicos.
Las mediciones hematológicas se realizaron al final de la evaluación, previamente al sacrificio, cuando los animales tenían un promedio de 96,77 kg de PV y 109 días en el experimento. Con esto se buscaba medir el nivel del sistema inmune de los animales.
La dieta no convencional incluyó 15 % de harina de soya que registró 13,5 % de materia seca (MS) y 6,75 % de proteína bruta (PB), 14 % de harina de morera con 12,6 % de MS y 2,66 % de PB, 64,44 % de harina de sorgo con 56,71 % de MS y 6,44 % de PB, 5,71 % de harina de yuca, así como adicionaron sal mineralizada, sal común y fosfato dicálcico.
Entre las conclusiones del estudio, los autores encontraron que no hubo diferencias significativas en el peso vivo a los 75 días de edad (23,33 y 24,58 kg) y al sacrificio (96,91 y 96,64 kg). (Lea: Etapas de alimentación de lechones determinan su rentabilidad)
La ganancia media diaria fue de 0,667 y de 0,654 kg/día para el control y el tratamiento experimental, respectivamente, con solo una diferencia numérica de 13 g. Los indicadores hematológicos (hemoglobina y hematocrito) tampoco difirieron entre tratamientos.
Sin embargo, lo que demostró el estudio es que el uso de ingredientes alternativos como las harinas de sorgo, yuca, soya y morera no afectó la producción pero sí permitió un ahorro de 2244,4 kg de maíz y 237,4 kg de soya, por lo cual recomendaron su empleo para ceba de cerdos.
De acuerdo con los investigadores, el uso de variantes de alimentación porcina constituye una de las necesidades de mayor prioridad, debido a los altos costos y la inestabilidad de la materia prima para la elaboración de los concentrados.
En tal sentido, un pienso criollo a base de harinas de alimentos locales como yuca, sorgo y morera resulta más económico que el concentrado comercial elaborado con materias primas importadas. (Lea: Cáscara de chontaduro, ideal en concentrado para cerdos)
La recomendación es usar esta alternativa porque los comportamientos productivo y de salud de los animales fueron similares a los que se obtienen con los piensos convencionales, pero además propicia el ahorro de alimentos importados.