El ‘comportamiento de enfermo’ es una respuesta coordinada a la enfermedad, más que un efecto secundario. Por ejemplo, cuando se presentan problemas en las patas, incrementa el tiempo de echado y altera la condición del animal, particularmente luego de darles de comer. Adicionalmente, la metritis y la ketosis pueden predecirse por la disminución de tiempo de comida y menor ingesta de materia seca al momento del parto. (Lea en CONtexto ganadero: Control de mastitis en vacas se debe hacer mínimo cada 15 días)
Comportamiento de echado post-ordeño
A diferencia de las enfermedades metabólicas u otro tipo de complicaciones, la predicción de mastitis se ha focalizado en el echado de la vaca. De acuerdo con las estadísticas, las vacas se echan luego de 40-60 minutos del ordeño, son 1.4 veces menos propensas de desarrollar mastitis, que aquellas que se echan dentro de los 40 minutos seguidos al ordeño.
Lo mismo ocurre con las hembras que no presentan la enfermedad si ellas están paradas por 90 minutos o más luego del ordeño. Sin embargo, con sistemas de ordeño automático, las posibilidades de que se desarrolle dicho mal aumentan cuando las vacas están paradas por más de 2,5 horas tras la extracción de la leche.
Cambios en el echado
Dependiendo del estudio, las vacas pueden variar el comportamiento clásico de enfermas. Por ejemplo, en mastitis experimentales por E.coli hay más tiempo de echado relativo. Por otro lado, se vio que durante la fase aguda de la infección, las vacas tienden a echarse menos. (Lea en CONtexto ganadero: Chilenos crearon novedosa vacuna contra la mastitis bovina)
Aquí hay 3 posibles explicaciones; 1) más que un patrón común, el comportamiento se relaciona con el patógeno; 2) la etapa de la lactancia donde ocurre la mastitis puede determinar la respuesta animal. El comportamiento de la vaca varia durante el ciclo de lactancia; entonces es posible que el comportamiento de “enferma” varíe en distintas etapas de la lactancia; y 3) la mayoría de los estudios focalizan en la respuesta en los primeros días luego de la infección experimental. Es posible que el comportamiento sea fluido, con un acortamiento del tiempo de echado durante la fase aguda de la infección, seguido por una extensión del mismo, a medida que progresa la infección.
Cambios en periodos de echado
Algunos datos sobe los cambios en los periodos de echado presentan una dinámica interesante. Existe evidencia que la disminución de los periodos de postración, incrementan en conjunción al tiempo de echado. Esta es una respuesta única en el comportamiento animal.
Se pensaba que la disminución del tiempo total de echado, en respuesta distintos manejos en el establo, se debía a una reducción en la cantidad de veces en los que la vaca se echa. Sin embargo, la disminución de las veces que la vaca se echa sería consistente con una reducción de la actividad del animal, debido en parte al comportamiento típico de la vaca enferma. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca los factores que producen la mastitis purulenta)
La hipótesis del ‘comportamiento de enfermo’ también se basa en el dolor que sufre el animal. Se ha observado que no hay diferencias en la distribución del peso corporal entre vacas enfermas o sanas, indicativo de que los cambios en el tiempo de echado no están dirigidos por el dolor en el tejido mamario inflamado.
Claramente, hay preguntas sobre el tiempo de echado para detectar signos tempranos de mastitis. No obstante, a medida que hay más información disponible, estas preguntas tendrán respuesta, y una vez que el comportamiento básico sea definido, se tendrá a la mano otra herramienta para identificar vacas en las fases tempranas de la mastitis.
Por: Dr. Peter D. Krawczel, profesor asistente del departamento de Ciencia Animal de la Universidad de Tennesse.