Una adecuada identificación del Punto Óptimo de Reposo (POR) es clave por los beneficios que otorga a la planta, el animal y el productor. CONtexto ganadero le explica en qué consiste y cuáles son los aspectos más importantes a tener en cuenta en su reconocimiento.
Álvaro Aristizábal Mejía, miembro de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Doble Propósito (Asodoble), explicó que el POR es el momento ideal donde la pastura alberga los nutrientes necesarios tanto para su consumo como para la eventual regeneración de la pradera.
“Las arvenses acumulan nutrientes en las raíces para poder rebrotar, cuando sean podadas mecánicamente o consumidas por el animal o un incendio, ya tienen suficiente fuerza para volver a crecer”, anotó. (Lea: ¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse el suelo, el pasto o el bovino?)
De acuerdo con el experto, la forma de verificar que la planta haya absorbido el máximo de sus reservas en sus raíces es cuando llega el momento de la floración y se pueden observar los primeros brotes de las flores, aproximadamente un 15 % de la estructura floral.
“En cambio, cuando hay plantas que no dan semilla o que la dan únicamente por fotoperiodo al final del año, entonces el punto de reposo hay que mirarlo en la senescencia de las hojas basales. Uno mira la base de la planta, y cuando tenga 3 o 4 hojas amarillas, esa es la senescencia”, añadió.
Así pues, el ganadero debe estar atento a alguno de estos 2 indicadores cuando quiera suministrar el forraje a sus bovinos, según lo estipulado en la primera ley del Pastoreo Racional Voisin (PRV). (Reportaje: Rotación de potreros, herramienta para incrementar la producción)
Este método genera beneficios tanto para la planta como para el animal. En primer lugar, permite que el pasto o arbusto recuperen su vitalidad cuando son cortados o consumidos. En segundo lugar, el animal obtiene un alimento de mejor calidad lo que contribuye a su desarrollo y productividad.
“Teóricamente, las plantas tienen más proteína cuando están tiernas que cuando están en el POR, pero la cantidad de materia seca es inferior. Por ejemplo un pasto puede tener 14 % de proteína en el crecimiento y 8 % en el POR, pero como su MS es mayor, eso ayuda a que el animal consuma más proteína”, señaló.
Esto se debe a que un pasto más tierno tiene un mayor nivel de humedad, y pasaría sin mayor descomposición en su tránsito en el rumen. Cuando se llega el POR, el nivel de MS es ideal para la digestión del bovino. (Lea: Estrategias para ganar dinero con alimentación racional)
Finalmente, Aristizábal aclaró que el POR no es un punto exacto de corta duración que se pierde al no prestar atención, sino que se prolonga por varios días. Además, resaltó que es mejor suministrar el pasto después de pasado el POR y no antes, para evitar que esté muy tierno.
“Es menos riesgoso que los animales coman pasado el punto de reposo que antes. Y este punto no es un día determinado, es un proceso que según las condiciones climáticas puede durar 8, 10 o 15 días. No es tan drástico que el pasto solo se puede comer un determinado día”, completó.