De acuerdo con este documento sobre residuos en las instalaciones de ordeño elaborado por Verónica Charlón del INTA de Argentina, existen varios residuos en el sector de leche no comercializada, que son el calostro, la leche proveniente de animales tratados y la leche de los primeros chorros.
El calostro (la leche producida en los primeros días de la lactancia) no se puede comercializar por su composición. Los sobrantes de calostro se pueden reservar para suministrar a las crías posteriormente o en Colombia se utilizan para hacer un dulce.
Charlón advirtió que en ganaderías grandes, el volumen de calostro puede superar incluso a la cantidad que pueden ingerir los terneros, convirtiéndose en un residuo muy importante cuyo manejo debe ser cuidado. En estos casos se debe evitar derivarla a las lagunas de efluentes.
Otro residuo más importante es la leche proveniente de animales tratados con medicamentos u otras sustancias químicas, que inhiben su comercialización. (Lea: ¿Cómo se debe hacer el tratamiento de residuos en las queserías?)
Ricardo Arenas Ovalle, médico veterinario y anfitrión del Manual Práctico Ganadero, explicó que tradicionalmente las leches de vacas que recibieron antibióticos o antiparasitarios se les da a las terneras en lugar de comercializarla, pero este manejo no es recomendable.
«Eso obviamente tiene inconvenientes por efectos de residualidad de resistencias que puedan causar. Por otro lado, si son residuos de antibióticos, puede matar la flora bacteriana del rumen de las terneras y ocasionar diarreas», anotó el experto.
Existen varias formas de disponer de esta leche dependiendo de los volúmenes de producción y de residuos. Si son cantidades muy pequeñas, se pueden ofrecer a los perros. Pero si se trata de lecherías especializadas con elevadas producciones, existe otro manejo.
«Lo ideal sería usarlo para compostaje y luego usarla como abono. En algunas fincas he visto que tienen lotes de machos medianos de levante y los alimentan con algo de esa leche, lotes muy gruesos para engorde solamente y que no les afecta tanto la flora microbiana. Pero eso es un tema que hay que revisar con cuidado», precisó Arenas. (Lea: Los residuos en la leche y los tiempos de retiro)
Finalmente, el documento del INTA recordó que el tercer residuo es la leche de los primeros chorros, que es la que se extrae cada pezón antes de la colocación de la unidad de ordeño. Sin embargo, anotaron que la importancia de esta fracción es casi nula comparada al volumen de producción y que el mayor porcentaje de leche que no se comercializa lo conforman el calostro y la leche con residuos.
Aunque la autora sostuvo que «el calostro y leche con residuos químicos hay que destinarlos a la alimentación de los terneros machos en su etapa de leche» y que «se podrá hervir la leche para su posterior uso en las terneras», Arenas advirtió que hervir la leche NO sirve de nada para eliminar los residuos, por lo cual enfatizó no hacerlo con la idea de que se convertirá en un líquido inocuo para sus crías.
Charlón recomendó usar estos residuos en otros animales, como indicó Arenas, o esparcir estas fracciones en potreros alejados del tambo. Finalmente, la prueba de los primeros chorros se puede hacer usando recipientes que permitan recuperar la fracción y este contenido se debe depositar en recipientes de mayor capacidad.