Son múltiples los servicios ecosistémicos que le presta la ganadería sostenible a la sociedad y al mundo entero. Hay cientos de estudios y evidencias prácticas que desmienten los mitos que se han forjado alrededor de la ganadería, como el calentamiento global y el deterioro de los ecosistemas.

Según Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero, elaborado por Fedegán, los servicios ecosistémicos son aquellos beneficios que una actividad aporta a la sociedad y que mejoran la salud, la economía y la calidad de vida de las personas.

Toda actividad humana y productiva implica, en mayor o menor medida, una perturbación ambiental por lo tanto para disminuir la alteración de los ecosistemas es necesario que se realice una gestión adecuada de los recursos naturales. La ganadería sostenible y los sistemas silvopastoriles son la respuesta a esta situación.

Tipos de ecosistemas

Existen cuatro tipos de servicios ecosistémicos, de acuerdo con el beneficio que ofrecen. En primer lugar, están los servicios de aprovisionamiento que reflejan la cantidad de bienes o materias primas que la actividad y su ecosistema ofrecen. Para la ganadería sostenible son la proteína de alta calidad, reflejada en leche y carne, alimentos esenciales en toda sana nutrición y garantes de la seguridad alimentaria del país. (Lea en CONtexto ganadero: Ganadería sustentable: eficiencia y servicios ecosistémicos)

Adicionalmente, los ecosistemas ganaderos sostenibles ofrecen madera, protección del agua de nacederos y superficial, y la cosecha de agua verde que es el agua lluvia que se incorpora al suelo y luego, nuevamente, es evaporada por las plantas en su ciclo natural.

En segundo término están los servicios de regulación, que son los que ayudan a reducir ciertos impactos locales y globales, como la regulación del clima para reducir los inviernos y veranos extremos y del ciclo natural del agua, así como el control de la erosión gracias a una adecuada rotación de los potreros, a que el pastoreo se realice adecuadamente sin exceso y a la implementación de cercas vivas y sistemas silvopastoriles donde las raíces de árboles y arbustos permiten mejorar la estructura del suelo y airearlo.

Así mismo, las leguminosas usadas en ganadería fijan nitrógeno a los suelos fertilizándolos y liberando oxígeno a la atmósfera. También la ganadería produce abono orgánico que bien manejado es una fuente importante de nutrientes para los cultivos y es hábitat de cientos de microorganismos benéficos, de lombrices e insectos como el escarabajo estercolero.

El tercer tipo son los servicios culturales para ganaderos, trabajadores y la comunidad en general, pues los paisajes ganaderos sostenibles permiten unos espacios culturalmente apreciados, brindando tranquilidad y espacios de relajación tanto por los paisajes mismos como por los sonidos de la naturaleza ganadera. (Lea en CONtexto ganadero: Ganaderos reconvierten su actividad para proteger el ecosistema)

Por último, están los servicios de soporte, que garantizan buena parte de los antes mencionados, como la biodiversidad que tiene la ganadería con los corredores ribereños, las cercas vivas y los árboles dispersos en el potrero.

En la ganadería sostenible se soporta la vida de gran variedad de aves pues el ecosistema da albergue a cientos de ellas, surte alimento a murciélagos polinizadores como a un sinnúmero de roedores, reptiles y mamíferos a los que, por los corredores de conectividad, los bosques protegidos y las zonas de restauración pasiva y activa se les permite su propio ecosistema.

La captura de carbono que se da en sistemas silvopastoriles y en la rotación de praderas bien realizada, logra que la ganadería sea carbono neutro e incluso captura más carbono que lo que produce, haciendo de esta actividad una de las diez herramientas más importantes en la reducción del calentamiento global.