En esta empresa ganadera tienen un manejo de crianza artificial enfocado en bienestar animal donde están en un modelo con leche entera en polvo de industria nacional, a través de un robot que las alimenta, una máquina que está programada, señaló Jorge Eusse, su propietario,

“Le damos el plan de alimentación a cada ternera y aseguramos que su genética se manifieste en edad adulta, asegurando una excelente alimentación y buscando que se enferme lo menos posible y dándole el mejor bienestar posible”, indicó.

Luego se pasa al levante donde también se asegura buena alimentación, agua, minerales, que tengan un pasto de calidad que es el principal recurso de todos. Cuentan con pastos que tienen un pico en pastura de 18 % de proteína y una fibra detergente neutro que no es alta.

En el ordeño usan subproductos de la industria y materias primas de la región como semilla de algodón, maíz y otros productos. (Lea en CONtexto ganadero: La cría, un negocio que debe volverse más rentable)

Cuando los animales llegan a edad productiva se logran concepciones de 15 meses de edad con 340 kilos y partos de vacas en primer parto, con 24 a 25 meses y un peso de 540 kilos antes del parto.

Las lactancias son de 6.000 a 6.100 litros promedio en dos partos, todavía estos animales no son adultos. Cuando estos animales lleguen al cuarto parto se puede hablar de lactancias cercanas a 7.000 u 8.000 litros. Inclusive ya se tienen vacas en segunda lactancia que han logrado facturar 15.500 litros en 305 días.

Se hace una ocupación de dos días en el potrero y un descanso que vaya de acuerdo con el ciclo vegetativo de la planta y así logran cargas de 2,8 – 2,9 vacas por hectárea en producción, suplementadas durante el ordeño.