La investigación hecha por la Universidad de Guelph en cooperación con Lactanet y Semex encontró que hay un efecto genético en la disminución o en el aumento de producción de una vaca de de metano, como se puede ver en el artículo de la revista The Bullvine.
«Cuando uno ve que la parte genética sí está involucrada en la expresión de la característ ica mayor o menor emisión de metano, también hay forma por vía genética de hacer mejoramiento. La cuestión es, o más bien, la palabra para definir si hay efecto o no de genética es heredabilidad», precisó.
Según Jiménez, la heredabilidad de la característica de emisión de metano se sitúa alrededor del 25 %, lo que significa que es posible seleccionar vacas que produzcan menos metano y transmitir esta característica a las generaciones futuras. «Al 2050, más o menos, la meta es llegar a reducir casi un 35 % de las emisiones de metano», afirmó.
Esta estrategia genética, combinada con otras prácticas de manejo en las fincas, podría llegar a reducir hasta un 60 % las emisiones de este gas en ganadería, lo que es particularmente importante considerando las proyecciones de duplicar la producción de alimentos para el 2050.
«Entonces, esta es una muy buena herramienta para mostrar que podemos duplicar la la producción de alimentos, incluso reduciendo o manteniendo un equilibrio con los gases de efecto invernadero. Y desde el punto de vista de sostenibilidad ganadera, es demostrar al consumidor que los productos lácteos que no son contaminantes, que es posible una ganadería rentable y sostenible», precisó.
Para identificar a los animales más eficientes en términos de emisiones de metano, Semex ha desarrollado una prueba genómica llamada Elevate (conozca más sobre la herramienta en este documento en inglés). Esta herramienta mide alrededor de 57 características productivas, reproductivas, de conformación, salud y fertilidad.
«La ventaja de esta característica es que si seleccionamos vacas altas en leche, proteína o grasa, no vamos a afectar la eficiencia de metano», explicó Jiménez. Esto significa que es posible mejorar la producción y al mismo tiempo reducir las emisiones de GEI.
En Colombia, ya se han genotipado aproximadamente 1.800 animales, identificando ejemplares eficientes en metano. Esto abre el camino para iniciar programas de selección enfocados en esta característica en las fincas del país. (Lea en CONtexto ganadero: Genética bovina podría relacionarse con emisión de metano, según estudio)
La implementación de esta estrategia genética no solo beneficia al medio ambiente, sino que también puede mejorar la eficiencia de producción. Las vacas que producen menos metano a menudo digieren el alimento de manera más eficiente, lo que puede resultar en mejores tasas de conversión alimenticia y potencialmente mayores rendimientos de leche.
Además, esta iniciativa podría traer ventajas económicas para los ganaderos, ya que la reducción de emisiones de metano puede significar menores costos asociados con la alimentación, al aprovechar más energía para el crecimiento y la producción.