La avitaminosis o déficit vitamínico se define como una falta o deficiencia de la cantidad de vitaminas que el organismo requiere normalmente. Existen unos puntos clave que el productor debe conocer con respecto a las vitaminas A, D, E, hidrosolubles y complejo B.
En el texto elaborado por la Universidad Minuto de Dios llamado ‘Manejo de enfermedades en el ganado de carne y leche’, se explica que la vitamina A es más necesaria en los animales jóvenes. “La deficiencia de esta vitamina impide el crecimiento de los animales, que además ofrecen escasa resistencia a las infecciones, en especial en los sistemas respiratorio y digestivo. Si no se remedia esta carencia es probable que se presenten resultados fatales”. (Lea: La importancia de las vitaminas y minerales en los predios lácteos )
En el caso de los animales adultos, estos tardan más en mostrar síntomas de avitaminosis A, aunque es frecuente que pronto presenten ceguera nocturna. La principal fuente de vitamina A son los aceites animales, en particular el aceite del hígado de pescado y la grasa de leche. Los alimentos de origen vegetal no la contienen, pero las plantas contienen caroteno, precursor de la vitamina A.
Vitamina D: El documento expone que es “la vitamina cuya carencia es más ampliamente conocida. Juega un papel muy importante en la absorción del calcio y los fosfatos desde los intestinos y en su depósito para formar los huesos”. El raquitismo es la consecuencia de vitamina D durante el crecimiento del animal, aunque la enfermedad también puede presentarse por la deficiencia de calcio o fósforo.
La vitamina D no se presenta como tal en los alimentos vegetales, se forma exponiéndolos a la irritación del sol como en el caso del heno, en el que no tiene larga vida. La irradiación de la piel del animal tiene un efecto similar. La principal fuente de vitamina D son los productos animales como aceite de pescado, grasa de leche y yema de huevo, pero también se prepara sintéticamente.
Vitamina E: La carencia de esta vitamina está asociada con la distrofia muscular, teniendo en cuenta que son enfermedades genéticas que causan debilidad y degeneración progresiva de los músculos esqueléticos. Se cree que la vitamina actúa protegiendo los músculos contra los agentes causales de las lesiones musculares.
Está presente en las semillas oleginosas y en las hojas verdes. La carencia se presenta cuando el ganado joven se alimenta con una dieta pobre en nutrientes, particularmente a base de pasturas o heno en malas condiciones. Esta deficiencia también puede aparecer como resultado de la mezcla de aceite de pescado y algunos aceites vegetales con productos a base de cereales, preparada con mucha antelación antes de suministrarse a los bovinos.
Vitaminas hidrosolubles: El texto describe que “se caracterizan porque se disuelven en agua algunas y se destruyen con altas temperaturas, esto hace que deban aportarse regularmente y solo puede prescindirse de ellas durante algunos días”.
El exceso de estas vitaminas se excreta por la orina, por lo que no tiene efecto toxico por elevada que sea su ingesta, aunque se podría sufrir anormalidades en el riñón por no poder evacuar la totalidad de este.
Vitaminas complejo B: El documento afirma que las dificultades para reconocer las pequeñas cantidades de vitaminas presentes en el alimento, están bien señaladas por el hecho de que la llamada originalmente vitamina B está compuesta al menos por nueve sustancias diferentes, todas con derecho a ser llamadas vita vitaminas, dadas sus características propias.
En el caso de los animales, la que tiene mayor importancia son el ácido nicotínico y la vitamina B12. (Lea: La importancia de la vitamina B12 en rumiantes y su relación con el cobalto)