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Foto: agenciadenoticias.unal.edu.co

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Cómo ganar plata y contaminar menos

por: - 31 de Diciembre 1969

Una investigación realizada en la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín mostró que con una mezcla de pasturas mejoradas y leguminosas se pueden reducir las emisiones de gases contaminantes a través de las excretas, e incrementar la producción de leche en un 33 % y la proteína contenida en esta en 42 %.

Una investigación realizada en la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín mostró que con una mezcla de pasturas mejoradas y leguminosas se pueden reducir las emisiones de gases contaminantes a través de las excretas, e incrementar la producción de leche en un 33 % y la proteína contenida en esta en 42 %.

Según la autora del estudio, la zootecnista Sandra Guisela Durango Morales, Ph. D. en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, la mezcla de productos como el maní forrajero y la acacia contribuyen al aumento de peso del animal, a mejorar la calidad de la leche y a reducir dichos gases.

Para llegar a esta conclusión el trabajo incluyó pruebas en hatos de Atlántico, Casanare, Meta y Valle del Cauca. (Lea: Leguminosas aumentarían producción lechera en sequías)

De acuerdo con lo expuesto por la profesional, en Colombia las investigaciones sobre sistemas ganaderos y gases de efecto invernadero se han concentrado en la fermentación entérica, un proceso que ocurre en uno de los cuatro estómagos de la vaca, pero se tiene poca información sobre las emisiones que tienen que ver con excretas (heces y orina).

Por eso, la investigación buscaba encontrar un balance nutricional para ofrecer alimentos de calidad y favorecer la productividad de los animales al tiempo que se reduce el impacto ambiental. “Para eso empezamos con una caracterización de las emisiones”, señaló.

Añadió que en Colombia para medir las emisiones de gases se tomaban estándares internacionales del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en los que no se tienen en cuenta las variables propias de nuestro país, como el hecho de estar ubicado en zona de trópico.

Para crear ese inventario, ella evaluó y midió durante 45 días los gases de efecto invernadero emitidos por ganado alimentado con alguna de las dos opciones: dietas tradicionales (monocultivo) o pasturas mejoradas mediante la inclusión de forrajes y leguminosas.

En el Meta se hicieron pruebas con ganadería de doble propósito y dos tipos de alimentación: monocultivo de Brachiaria humidicola, una pastura mejorada con potencial de uso en zonas de sabana inundable, y una combinación de esta con la leguminosa Arachis pintoi (maní forrajero). (Lea: Forrajes híbridos y mejorados, opción frente al cambio climático)

“Encontramos que la combinación entre forraje y leguminosa es más beneficiosa, pues incrementó la producción de leche en un 33 % y la proteína contenida en esta en 42 %. Además, al producir un litro de leche bajo esta dieta, se generaron 29 % menos emisiones de gases de efecto invernadero en estiércol y orina que cuando se alimentó con el monocultivo”, señaló.

Entre tanto, en el Valle del Cauca el trabajo se realizó en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat) con ganado de carne, uno de los sistemas de mayor impacto ambiental por causar deforestación y por su menor eficiencia productiva. En este caso se tomaron novillos en etapa de destete y hasta 300 kilos de peso y se ofrecieron varias opciones de alimentación: pasturas mejoradas de Brachiaria hibrido (Cayman) y Brachiaria decumbens, ambas en monocultivo. También se probó el sistema silvopastoril con asocios de Cayman con la leguminosa Leucaena leucocephala y Brachiaria decumbens, con Tithonia diversifolia (botón de oro), que no es leguminosa pero sí pastura con alto nivel proteico.

En las dietas que incluyeron leguminosas, los animales retuvieron más nitrógeno que en los monocultivos. En la mezcla de Cayman y Leucaena la retención fue de 38 % y en la de pasto y botón de oro fue de 23 %. Eso quiere decir que el asocio de la gramínea con leguminosas en este sistema productivo redujo en 82 % las emisiones de metano proveniente de excretas”, indicó la investigadora.

Manifestó además que “esta investigación ha contribuido a los inventarios nacionales para la cuantificación de gases de efecto invernadero con la información generada en Atlántico y Casanare, y al mismo tiempo incentivó para que los forrajes y leguminosas sean más usados en sistemas de producción de carne y leche, con menor impacto ambiental”.

“Nos dimos cuenta de que los productores no saben el potencial de estos asocios, no conocen qué hacer con pasturas mejoradas y todo eso ocurre por falta de capacitación y acompañamiento, ese es el reto que nos queda como país”, concluyó.