En el mundo hay más de 40 mil unidades de sistemas automáticos de ordeño (AMS por sus siglas en inglés). De estas, la mayoría son producciones estabuladas o semiestabuladas, mientras que en las pastoriles ha sido más difícil la implementación. Sin embargo, con el paso de los años se han comenzado a definir estrategias en diferentes países con el fin de incorporar los AMS en ganaderías donde las vacas pastan, ajustando el manejo de la pradera y la oferta de pasto. (Lea: Ordeño voluntario, una tendencia que se impone en el mundo) Para lograrlo, se debe garantizar suficiente volumen de forraje con el fin de elevar la producción de leche, así como también hay que lograr que las vacas se movilicen y utilicen los robots en el tránsito hacia las nuevas pasturas. Al pasar al ordeño robótico, se reduce en forma significativa el número de unidades de ordeño disponibles para el rebaño. En esta medida, los operarios no determinan el tiempo o la forma de extracción de leche, sino que las reses comenzarán a presentarse de forma gradual por sí solas. Nicolás Lyons, ingeniero agrónomo y PhD de la Universidad de Buenos Aires, ha defendido la incorporación de los sistemas robotizados en sistemas lecheros a pastoreo, pues la tecnología ha llegado a otros sectores. (Lea: Leche de calidad con pastoreo y ordeño automatizado) Para el experto, el ordeño robotizado llegó para quedarse, y lo comparó con lo que ha ocurrido con los celulares, que con el paso del tiempo se han convertido en un elemento fundamental para numerosas actividades de la vida diaria. En los sistemas robóticos de ordeño se manejan 3 conceptos: automático, voluntario y distribuido. En el primero, el robot realiza todas las tareas asociadas a la extracción de leche. En el segundo, las reses se mueven de forma voluntaria a la sala de ordeño y el tráfico en basado en incentivos como alimento, descanso, agua o sombra. En los distribuidos, los ordeños se realizan todo el tiempo, las 24 horas, 7 días de la semana. Si bien en sistemas estabulados las producciones son más uniformes, también podrían servir para los sistemas pastoriles. (Lea: Tecnología en el campo, clave para impulsar relevo generacional) Para esto, hay que entender cuáles son los periodos de oferta y deficiencia de pasto, para manejarlos correctamente. Del mismo modo, se deben controlar los niveles de residuos para obtener los rebrotes de pasto esperados con un mínimo de pérdidas. Aquí también se deben tener en cuenta aspectos como la carga animal y los partos. En general, hay que evitar sobreoferta de pasto, porque evitará que las vacas se desplacen para buscar alimento, así como también se debe evitar el poco pasto, que ocasiona caída en la producción y alto grado de congestión en los robots por vacas que no encontraron suficiente comida. Finalmente, Lyons detalló que entre las razones para considerar los AMS están el aumento de la calidad de vida, una mayor garantía de relevo generacional, mejor producción, disminución de la mano de obra y control de la información. Por el contrario, entre las razones para no considerarlo están el costo y la financiación, la forma de establecer el ordeño, el soporte y los desafíos técnicos. En todo caso, recomendó tomar la decisión de implementar un AMS haciendo una exhaustiva planificación y con la convicción de realizar el cambio.