Las plantas tóxicas son de fácil acceso para los animales, pero estos no tienden a consumirlas a menos que esté forzados por el hambre. El metabolismo de estos principios activos tóxicos comienza por la difusión y transporte al cuerpo del animal, llegando a la absorción que es un momento importante.

La absorción es el paso de una sustancia del medio ambiente al organismo. Por lo general se entiende no solo como el hecho de atravesar la barrera titular, sino también como su llegada ulterior a la circulación sanguínea, señala un artículo de la Universidad Cooperativa de Colombia . (Lea: Todo lo que debe saber sobre plantas venenosas y ganado bovino)

Existen tres tipos de absorciones: la pulmonar, percutánea y gastrointestinal que son explicadas a continuación:

Absorción pulmonar

Los pulmones son la principal ruta de depósito y absorción de pequeñas partículas suspendidas en el aire, gases, vapores y aerosoles. En el caso de los gases y vapores muy hidrosolubles, una parte importante de la absorción se produce en la nariz y el árbol respiratorio, pero en el caso de las sustancias menos solubles se produce principalmente en los alveolos pulmonares, estos poseen una superficie enorme.

Además, la barrera de difusión es sumamente pequeña, solo dos delgadas capas de células y una distancia de micras entre el aire alveolar y la circulación sanguínea sistémica. Esto hace que los pulmones sean un órgano muy eficiente para el intercambio no solo del oxígeno y dióxido de carbono, sino también de otros gases y vapores.

La velocidad de absorción, sin embargo, depende más del flujo y de la solubilidad. Otro factor importante es la eliminación metabólica, por lo que la importancia relativa de estos factores en la absorción pulmonar varía mucho según la sustancia que se trate.

La actividad física del animal tiene como consecuencia un aumento de la ventilación pulmonar y del gasto cardiaco, así como un descenso del riego sanguíneo en el hígado. Cuando hay muchas sustancias inhaladas, se aumenta notablemente la absorción pulmonar. (Lea: Plantas tóxicas, una amenaza latente para su ganado)  

Absorción percutánea

La piel es una barrera muy eficiente, pues aparte de su función termorreguladora, protege al organismo de los microorganismos, la radiación ultravioleta y otros agentes nocivos, y también de la pérdida de agua excesiva.

La distancia de difusión en la dermis es del orden de décimas de milímetros. Además, la capa de queratina opone mucha resistencia a la difusión de la mayoría de las sustancias. No obstante, en el caso de algunas sustancias suele producirse una absorción dérmica significativa con resultado de toxicidad.

Lo más frecuente es que esa absorción significativa se produzca como consecuencia de la exposición a sustancias líquidas. La absorción percutánea de vapores puede ser importante en el caso de los disolventes con presión de vapor muy baja y gran afinidad por el agua y la piel.

Absorción gastrointestinal

Se produce tras la ingestión accidental o deliberada de las sustancias. A veces se tragan partículas de mayor tamaño originalmente inhaladas y depositadas en el tracto respiratorio, de donde llegan a la faringe por transporte mucociliar. Esto quiere decir que todas las sustancias solubles se absorben de manera eficiente desde el tracto gastrointestinal. (Lea: Informe: Consumo de plantas tóxicas, un riesgo latente para su ganado)