Afecciones de diverso origen como la rabia, la cetosis, la listeriosis, la hipocalcemia, la hipomagnesemia o la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) deben ser tenidas en cuenta por los profesionales en un diagnóstico diferencial porque los signos pueden ser similares.

A la hora de establecer con precisión qué afección sufre un bovino, los médicos veterinarios deben realizar un diagnóstico diferencial, que consiste en tener en cuenta las enfermedades que podrían estar causando los síntomas que manifiesta el bovino.

Por ejemplo, a la hora de identificar la EEB, se deben considerar para el diagnóstico diferencial afecciones como la rabia, la cetosis “nerviosa”, entre otras, como señaló José Miguel Galarza en su trabajo sobre la encefalopatía presentado para la Universidad de Cuenca (Ecuador).

Cuando sufren de EEB, los bovinos evidencian nerviosismo o agresividad, vacilación para avanzar, salivación excesiva, alta sensibilidad a sonidos y luces, y caída en decúbito (sobre un lado), entre otros. (Informe: ¿Estamos presenciando la reemergencia de la rabia en Colombia?)

La rabia también incluye síntomas como agresividad, caída en decúbito lateral e incapacidad para retener saliva, pero también aumento de deseo sexual y micción frecuente, ocurre parálisis de garganta e incapacidad para tragar en el modo paralitico.

“Si la enfermedad se presenta de la forma furiosa, se observa estado de alerta, agresividad, el animal se vuelve irracional, pupilas dilatadas, el animal trata de morder a otros animales, traga cosas extrañas”, incoordinación de los músculos y puede llevar a la muerte.

Por su parte, la hipomagnesemia en bovinos (esto es, la falta de magnesio), también guarda relación con la rabia y otras enfermedades, como indicaron los autores Rosas, García y Delgado. (Lea: Conozca semejanzas y diferencias entre hipocalcemia e hipomagnesemia)

En el caso de la rabia, los signos similares son las contracciones tónico-clónicas, agresividad, permanecen con la cabeza y el cuello extendidos. En cambio, la mayor diferencia es que se presenta en cualquier edad, mientras que hipomagnesemia es, usualmente, en vacas paridas.

También hay signos similares entre la EEB y la cetosis, y entre esta y la hipomagnesemia, de acuerdo con ambos trabajos. Para diferenciar las dos primeras, se debe observar que la cetosis presenta marcha en círculos, apoyo de la cabeza contra objetos y lamido de la piel.

En cuanto a la hipomagnesemia, la cetosis también tiene signos como andar tambaleante, hiperestesia, vocalización constante y tetania. La diferencia entre ambas radica en el olor a acetona en el aliento o en una muestra de orina (cetonuria) e hipoglicemia.

Asimismo, se puede confundir con listeriosis, pues en ambas se observan pedaleo, ataxia, caídas, parálisis facial y paresia de los músculos de la mandíbula. En cambio, solo en la listeriosis puede haber parálisis del nervio facial, con labios caídos u orejas agachadas.

La hipomagnesemia y la paresia puerperal (hipocalcemia), que también se debe incluir en el diagnóstico diferencial con EEB, pueden tener parálisis flácida, tetania, decúbito, coma y muerte del animal. (Lea: Enfermedad de cetosis puede generar pérdidas de USD 300 por vaca)

Finalmente, la falta de magnesio en la dieta puede manifestar signos parecidos a la intoxicación con plomo, como temblores musculares, postración, convulsiones tónico-clónicas, pedaleo y muerte. Sin embargo, no ocurre en vacas paridas, además de que hay ceguera en algunos animales.