De acuerdo con Álvaro Aristizábal Mejía, ingeniero agrónomo zamorano y experto en ganadería sostenible y regenerativa, el cálculo del coeficiente de ambos parámetros es un excelente indicador de la eficiencia del bovino en materia de adaptabilidad y productividad.
El experto ha recalcado en varias ocasiones que los bovinos de mejor rendimiento no son los de mayor tamaño y la más alta cantidad de kilos, sino aquellos que durante su desarrollo conservan una relación proporcionada entre altura y peso.
“Los animales primero tienen un crecimiento longitudinal, los huesos se elongan, por eso en la parte del centro son más duros en tanto que los extremos son más blandos”, explicó. (Lea: 3 formas para medir el crecimiento en los animales)
Aristizábal agregó que, en consecuencia, la primera curva de crecimiento es “hacia arriba”, esto es, suben de estatura porque se alargan sus patas. Luego, cuando llegan al tope después los 18-24 meses, la segunda curva es “a lo largo”.
“En esa edad empieza a balancear las proporciones, su figura ya no es tan cuadrada sino más rectangular. El primer crecimiento es en altura, el segundo es en longitud, y el tercero es ensanchándose, haciendo volumen”, reveló el experto.
De acuerdo con Aristizábal, el tamaño ideal se calcula con la siguiente relación: la distancia entre el piso y la línea del vientre debe ser la mitad de la longitud entre esta línea y el dorso del ejemplar. (Lea: Patrones de medida de la condición corporal)
“Cuando un bovino tiene una diferencia muy grande en esta relación, es decir, si la distancia entre el piso y la barriga es mayor a la que hay entre vientre y dorso, el animal es ineficiente”, detalló el ingeniero agrónomo zamorano.
La relación con el peso
A continuación, explicó que este parámetro debe evaluarse en conjunto con el peso de un semoviente. Para explicarlo mejor, Aristizábal se refirió a un caso hipotético comparando dos bovinos, ambos de 450 kg pero con distinta estatura.
Por ejemplo, si uno de ellos mide 1,40 m de estatura, se debe dividir el peso (450) entre la altura (140), lo que da una relación de 3,21. En cambio, con el otro, que mide 1,20 m y su vientre está más cerca del suelo, la relación es 3,75.
“Mientras esa relación de peso y altura sea menor, el animal será de mayor calidad. Para mí, el mejor animal es el que mide 1,20 m, porque su resultado es más alto”, señaló. (Lea: ¿El tamaño del bovino determina su productividad?)
Este parámetro se puede emplear a la hora de seleccionar los descendientes de los ejemplares más sobresalientes. Por ejemplo, a la hora de elegir las crías, si todas se ven iguales, un método adecuado para seleccionarlos es a través de esta medida.
“Si uno va a escoger entre los toros de las mejores vacas, si todos tienen buenos aplomos, buena pigmentación, buen balance, la única forma de determinar cuál tiene mejor proporción es pesándolos y midiéndolos”, anotó.
Aristizábal concluyó indicando que este cociente puede servir también para medir el rendimiento en canal, argumentando que el animal de 450 kg y 1,20 m podría tener un mayor peso en canal que el de 1,40, lo que sería mucho mejor para los cebadores.