La mayor limitante para el desarrollo de un manejo de malezas adecuado en países en desarrollo es la ausencia de conciencia por parte de los productores acerca de las pérdidas que causan las malezas y los diferentes métodos presentes para el control.,

En un artículo publicado por la Revista Caribeña de Ciencias Sociales explican que para cuidar este aspecto, lo primero que debe pensar el productor es en el control preventivo. Este intenta minimizar la introducción, establecimiento y diseminación de las arvenses hacia nuevas áreas. Una práctica cultural efectiva es evitar la producción de semillas durante y después del ciclo de cultivo. (Lea: Controlar malezas permite aumentar producción de forraje)   

Para el manejo de malezas es recomendable integrar un sinnúmero de prácticas agronómica para su disminución y mantenimiento, teniendo en cuenta que se pueden hacer por medio de las siguientes etapas:

1. Interferencia de los cultivos:

2. Multicultivos: El aumento de las densidades de los cultivos a través de la reducción del espaciamiento entre surcos y dentro de los surcos o a través del intercalamiento de cultivos, reduce efectivamente las malezas.  

3. Selección de la especie y variedad: El uso de especies o variedades agresivas puede ser una práctica cultural efectiva en la inhibición de las malezas.  

4. Espaciamiento de los cultivos y manipulación del follaje: Manipulación de las densidades de las plantas y el espaciamiento entre surcos para lograr un sombreado rápido por el follaje de los cultivos.  

5. Coberturas vivas/cultivos supresores: Cobertura viva es la siembra de cultivos alimenticios con o entre, especies ya existentes. Cultivos supresores son poblaciones densas usadas para inhibir el desarrollo de muchas arvenses.  

6. Periodo de plantación: El periodo o momento de la plantación o siembra puede influir significativamente en la habilidad competitiva de un cultivo.

7. Enmiendas del suelo: El uso de enmiendas como el estiércol de granja, fertilizantes inorgánicos, cal, azufre y yeso afectan grandemente la habilidad competitiva de los cultivos o puede reducir la adaptabilidad de las malezas.

8. Manejo del agua: Este aspecto es muy importante porque es una práctica cultural que afecta directamente al cultivo y a las malezas.

9. Rotación de cultivos: Es una práctica cultural en la que ciertas malezas tienden a asociarse con determinados cultivos.

10. Fuego: La quema es una de las prácticas de control de malezas más antiguas. Su uso principal es para eliminar el exceso de vegetación. La quema destruye muchas malezas, enfermedades e insectos.

11. Acolchados: Además del uso de coberturas vivas, el uso de acolchados inertes o no vivientes puede ser muy útil.

Todas las prácticas agronómicas culturales para el manejo de arvenses, cuando son llevadas a cabo de manera adecuada, tienen que ser realizadas y promovidas, para los productores en todos los niveles de recursos económicos.

Las prácticas culturales son compatibles con las diferentes técnicas y estrategias de manejo integrado de arvenses, y por lo general, son ambientalmente positivas. El manejo agroecológico se sustenta en tácticas preventivas, la mayoría de estas son agronómicas y relacionadas con el manejo de los cultivos y del resto del predio. (Lea: Conozca las variedades de métodos para controlar malezas en los potreros)