La eficiencia en el uso del nitrógeno (EUN) en vacas lecheras es un aspecto crucial que impacta no solo la rentabilidad y la salud animal, sino también la calidad del producto y el medio ambiente. A pesar de los esfuerzos en investigación y ajustes en la formulación de raciones, los avances en mejorar esta eficiencia han sido limitados.
Mejorar la EUN requiere una combinación de estrategias que incluyen la reducción de proteína bruta, el sincronismo adecuado de nitrógeno y energía, y la consideración de la transferencia metabólica de aminoácidos. Además, es esencial continuar investigando y ajustando las dietas para optimizar la producción lechera y minimizar el impacto ambiental.
Las implicaciones de una eficiencia subóptima del nitrógeno
Según el artículo de Escribano, las vacas lecheras no están naturalmente diseñadas para ser eficientes en el uso del nitrógeno, sino más bien en la fibra. Citando a Dijkstra y otros (2013), la máxima eficiencia teórica para una vaca que produce 40 kg de leche es del 43 %, aunque la EUN promedio es del 25 %.
Las vacas en lactación tienen una EUN del 23,3 % y las novillas de reposición tienen valores aún menores, de acuerdo con Jensen y Schjoerring (2011). Estos valores varían según el tipo de ración, y aunque hay margen de mejora, los avances han sido modestos.
Relación entre proteína bruta y eficiencia del nitrógeno
Estudios como el metaanálisis de Huhtanen y Hristov (2009) han demostrado que la cantidad de proteína bruta (PB) es el principal factor que afecta la EUN, calculada como nitrógeno en leche sobre nitrógeno ingerido. (Lea en CONtexto ganadero: Crean aplicación que puede medir el nitrógeno ureico de la leche)
La reducción de la PB y la formulación basada en aminoácidos son estrategias efectivas para mejorar la EUN. Por ejemplo, Olmos Colmenero y Broderick (2006) observaron que la EUN disminuyó linealmente de 36,5 % a 25,4 % al aumentar el contenido proteico de las dietas de 13,5 % a 19,4 %.
La utilización de nitrógeno no proteico (NPN) debe ir acompañada de fuentes de energía rápidamente disponibles para evitar el exceso de amoníaco, que debe ser transformado en urea en el hígado, un proceso que consume energía y puede ser tóxico. Es fundamental no superar el 1 % de urea en la materia seca o el 25 % del nitrógeno total para evitar la intoxicación.
Metabolismo y aminoácidos olvidados
La modificación de la ración no siempre es efectiva debido a la actividad proteolítica en el rumen, lo que implica considerar el destino metabólico de los aminoácidos (AA). Las vacas necesitan AA para sintetizar proteína láctea, proteína corporal y para funciones vitales. La capacidad de síntesis en lactación es alta, especialmente en el hígado y la glándula mamaria.
Aunque la metionina y la lisina son cruciales, otros aminoácidos como la histidina, la arginina y la isoleucina también juegan roles importantes en la síntesis de proteínas y producción lechera. La histidina, por ejemplo, es el tercer AA limitante en dietas basadas en silo de hierba y se ha demostrado que puede aumentar la producción de leche. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo hacer que la ingesta de nitrógeno de las vacas sea eficiente)
El uso de aminoácidos protegidos, taninos y otros aditivos puede ser una estrategia efectiva para mejorar la eficiencia del uso del nitrógeno. La digestibilidad de la proteína y su flujo duodenal varían según la ración, lo que resalta la necesidad de ajustar las dietas cuidadosamente.