Conocido científicamente como Hyparrhenia rufa, el pasto jaragua es una gramínea perenne originaria de África tropical y ampliamente distribuida en regiones tropicales y subtropicales del mundo, incluidas las zonas ganaderas de América Latina y el Caribe. (Lea en CONtexto ganadero: 16 gramíneas para ganado que habita en clima cálido)
Esta gramínea cespitosa crece en macollas densas, alcanzado alturas de hasta 2 metros en condiciones óptimas. Sus hojas son largas, estrechas y ásperas, con bordes finamente dentados. La inflorescencia está formada por espigas ramificadas que producen abundante semilla, facilitando su propagación natural.
La resistencia y adaptabilidad del pasto jaragua a condiciones adversas lo convierten en una opción recurrente para la alimentación bovina, especialmente en sistemas extensivos.
De acuerdo a un artículo encontrado en el repositorio de Agrosavia, la resistencia al calor, sequía, quemas, pisoteo y suelos pobres, aunque con buen drenaje, han hecho de éste un pasto de gran utilidad para la ganadería de ganado de carne.
“Este pasto, con abundantes hojas basales, constituye un alimento nutritivo que compite ampliamente con otras gramíneas, especialmente en zonas quebradas o de ladera; además, debido a su abundante producción de semilla, puede garantizar la supervivencia de la pradera o repoblarla con relativa facilidad”, expone Agrosavia.
Este pasto es conocido por su alta producción de biomasa, con rendimientos que pueden alcanzar entre 6 y 12 toneladas de materia seca por hectárea al año bajo condiciones adecuadas de manejo. Esto lo convierte en una opción atractiva para ganaderos que buscan maximizar la producción forrajera en terrenos marginales.
El contenido proteico de este pasto es moderado (entre 5 y 8% con base seca), su fibra efectiva lo hace adecuado para dietas que buscan estimular la rumia y mantener la salud del tracto digestivo de los bovinos. Su energía digestible es suficiente para mantener el ganado, pero se recomienda suplementarlo para animales en producción.
“Sin fertilización y sin riego, el pasto jaragua puede ser superior a otros pastos tropicales como el pará, pangola y guinea, ventaja que se manifiesta en los buenos aumentos de peso. Además, se puede utilizar en pastoreo continuo”.
La corporación afirma que es bien conocido el principio de que a medida que avanza la edad de rebrote disminuye el valor nutritivo de un forraje. Sin embargo, el pasto jaragua posee buenos valores nutritivos en proteína (20,30%), en fibra detergente ácido (30.5%), en lignina (3.0%) y digestibilidad in vitro de la materia seca (52.2%), que garantizan un buen desarrollo animal o incrementos altos en peso vivo.
Sin embargo, cuando las praderas llegan al estado maduro, la calidad nutritiva no alcanza para suplir las necesidades de sostenimiento, puesto que al incrementar las fracciones de pared celular disminuyen drásticamente la proteína y la digestibilidad. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca el pasto Uribe)