Aunque de forma indirecta, la producción bovina y de forrajes se ve perjudicada con la actividad sísmica que se registra en la zona. Conozca las recomendaciones de expertos para solventar las afectaciones que produce este fenómeno natural. La directora del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, Gloria Patricia Cortés, ratificó que en las últimas horas se ha incrementado el nivel actividad sísmica en el volcán Nevado del Ruiz con una evidente emisión de gases y cenizas, que son percibidas en las aéreas de influencia del sistema volcánico. Al igual que las personas, a los animales también les afectan las cenizas del volcán, tanto desde un punto de vista “físico como toxicológico", según explicó Germán Londoño Jaramillo, profesional en Gestión Productiva y Salud Animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán y el Fondo Nacional del Ganado, FNG. (Lea: Los sismos sí tienen efectos sobre el ganado) “Al caer la ceniza sobre la explotación ganadera, el pasto es cubierto por esta capa. Automáticamente los semovientes dejan de ingerir los forrajes porque no los encuentran apetecibles”, apuntó Londoño Jaramillo. De igual forma, el funcionario de Fedegán-FNG aseveró que desde el punto de vista toxicológico una alta concentración de óxido de silicio puede producir en las reses bronquitis, enteritis y lesiones en la mucosa de la cavidad bucal. (Lea: Tormentas eléctricas afectan labores ganaderas en Magdalena) “El flúor que se deposita en el pasto y que ingieren los animales, afecta a los huesos y los dientes desgastándolos hasta que casi los pierden. Asimismo, el agua que beben los semovientes puede contiene sedimentos del material que expulsa el volcán y dañan su sistema digestivo”, detalló Germán Londoño. De acuerdo con Carolina Ramos Echeverri, gestora de información del gremio cúpula de la ganadería en Colombia, otro factor que también perjudica las explotaciones ganaderas cuando hay gases, o cenizas de un volcán, es la lluvia ácida. (Lea: Los rayos siguen matando ganado en Colombia) “Cuando el aire es contaminado por estos gases, cae en las zonas cercanas la conocida lluvia ácida, perjudicando el forraje y los árboles de los predios, el crecimiento de las plantas y generando que los pastos pierdan palatabilidad, por lo que el consumo por parte de las reses disminuye considerablemente”, agregó Ramos Echeverri. Cómo actuar después Cuando se presentan este tipo de casos, lo más aconsejable es sacar a los semovientes de los potreros que han sido afectados por las cenizas o los gases producidos por el volcán, y ponerlos a pastar en zonas limpias de esta contaminación. (Lea: Aprenda a cuidar su hato de los efectos de los vendavales) “Es elemental golpear el forraje con escobas para quitar la ceniza y echarle agua para hidratarlo. Mientras se realiza esto, lo conveniente es ofrecerle al animal suplementos alimenticios”, recomendó Germán Londoño Jaramillo.