El estrés ambiental afecta negativamente la reproducción de las hembras bovina. Se refleja en comportamiento sexual y, en consecuencia, en la tasa de natalidad, lo cual representa grandes pérdidas para el productor. Así lo indican Luis Carlos Leaño Lázaro, Amado Espitia Pacheco, quienes afirman que un aumento en la temperatura uterina de 0.5°C, durante días calurosos, provoca disminución de la tasa de fecundación. Esto explica por qué en las épocas calurosas, los programas para aumentar la fertilidad de la vaca, tengan menor éxito que en las templadas (Chemineau, 1993). Señalan que la exposición de novillas a 32°C durante 72 horas después de la inseminación artificial, inhibe el desarrollo embrionario. Sin embargo, agregan, se sabe que el 48% de las hembras mantenidas a 21°C, pueden quedar gestantes sin problema alguno. Aclaran que, si el estrés térmico se presenta después de los 10 días del servicio, la fertilidad no se ve afectada (Rensis y Scaramuzzi, 2003). Los autores del artículo: “Como afecta las altas temperaturas a su ganado reproductivamente”, publicado en perulactea.com, citan varios estudios que demuestran que en el ganado bovino, el desarrollo embrionario es altamente sensible a altas temperaturas, entre los primeros tres a 11 días después del servicio; adquiriendo más tolerancia a altas temperaturas a medida que el periodo de gestación avanza. Añaden, que los embriones obtenidos mediante fecundación in vitro (FIV), son más susceptibles al estrés calórico que los obtenidos en condiciones naturales. Según estudios, la mayor pérdida de embriones de bovinos obtenidos de FIV, ocurren antes de los 42 días, cuando las hembras están bajo estrés calórico. Épocas de mayor impacto En países con estaciones, la fertilidad en vacas lactantes disminuye en el invierno cerca del 50%; en el verano 20 % y en el otoño es más baja que en el invierno. En los países tropicales donde hay solo dos épocas del año las altas temperaturas afectan sobre todo en épocas críticas o sequía. Afirman que en verano -al igual que en las épocas secas tropicales-, el 80% de los estros pueden ser indetectables. Además, se ha notado que cuando las temperaturas rectales de los animales aumentan de 38.5 a 40°C, 72 horas después del servicio o la inseminación artificial de la vaca, las tasas de preñez pueden disminuir hasta en el 50 %, Ryan et al., (1992). También explican otras consecuencias, como la disminución de la calidad del ovocito. “Estudios en novillas y vacas han mostrado que la disminución en la calidad del ovocito en el periodo temprano del posparto, está asociada con balance de energía negativo y las bajas condiciones corporales de los animales, lo cual se expresa en aumento de embriones subdesarrollados y anormales, teniendo como consecuencia pérdida de embriones en los meses más calurosos del año (Wolfenson et al., 1997)”. Fuente: elaborado con base en: “como afecta las altas temperaturas a su ganado reproductivamente”, de Luis Carlos Leaño Lázaro, Amado Espitia Pacheco, y publicado en perulactea.com