El consumo y selectividad de forraje en los bovinos están influenciados por un gran número de factores, algunos de los cuales corresponden al ámbito social. Por ejemplo, la relación que hay entre los animales y sus propietarios o las jerarquías entre ellos mismo incide en que tengan mayor o menor apetito.

De acuerdo con los investigadores colombianos Tarazona, Ceballos, Naranjo y Cuartas, además de los factores fisiológicos e individuales que determinan el nivel de consumo y selectividad de los bovinos, también hay factores sociales y de hábitat que están involucrados.

Dado que “el animal está en constante interacción con otros individuos de su misma especie, con individuos de otras especies y con el humano”, estas relaciones forman jerarquías y comportamientos que repercuten en varios aspectos del animal, incluido su apetito.

Relación humano-animal

Por ejemplo, “la relación humano-animal juega un papel fundamental en la regulación del comportamiento de consumo y selectividad”, por la capacidad del propietario para modificar la composición vegetal, el acceso a las áreas de pastoreo y los grupos de animales, entre otros.

“El uso de suplementos como sal, melaza o cereales, representan focos de atención para los animales, aumentando significativamente el consumo del forraje cercano a los focos”, anotaron. (Lea: ¿Sus bovinos pierden el apetito con facilidad? Revise esta información)

Además de este aspecto, hay otros factores sociales que inciden en el comportamiento de consumo del semoviente y que son producto de una determinación del criador o de la forma como este disponga su finca y las áreas de interacción de los animales.

Comportamiento aprendido

Dentro de una población que consume en un área determinada, se forman grupos, donde los animales más jóvenes aprenden de sus madres, de otras madres y de otros animales. Esta organización social mantiene y transmite comportamientos de consumo necesarios para sobrevivir.

Se sabe que las primeras etapas de aprendizaje del animal son importantes y no solo afectan el comportamiento posterior de consumo, sino también las áreas empleadas para el pastoreo a lo largo de la vida del animal. (Lea: 5 estimulantes que abrirán el apetito de sus bovinos)

Sin embargo, la persistencia en el tiempo de los comportamientos aprendidos durante la cría se ve afectada significativamente por otros factores como el comportamiento de otros animales y los cambios en el clima, que pueden alterar sus hábitos de consumo y selectividad.

Densidad animal

El número de animales por área y la diversidad de especies o razas que comparten áreas de alimentación, agua y descanso afectan directamente el comportamiento, ya que hay especies dominantes sobre otras, así como hay razas e individuos dominantes y recesivos.

Por ejemplo, si usted mezcla sus bovinos con otros de su misma categoría como búfalos o incluso otras especies como ovinos y caprinos, debe tener en cuenta que entre estos ejemplares se producen interacciones que inciden en la forma como los semovientes se alimenta.

Jerarquías sociales

Los comportamientos sociales de jerarquía por territorio o peleas entre machos con fines de procreación pueden afectar el comportamiento de selectividad y consumo de los individuos involucrados en los enfrentamientos, tanto de los dominantes como de los subordinados.

Estos, debido a su condición social jerárquica, permanecerán en ciertas zonas del área de consumo. El papel de las hembras en el cuidado de las crías también afecta al área de consumo de ellas. (Lea: ¿Conoce el método HerbValo para medir el consumo de forraje del ganado?)

Comportamiento social de consumo

La especie bovina tiene un comportamiento de consumo particular. Normalmente en una gran manada se forman grupos más pequeños dirigidos con un animal dominante que es el encargado de inspeccionar las nuevas áreas de consumo.