De acuerdo con el médico veterinario Hugo Puga, en una publicación de BM Editores, es crucial implementar estrategias de manejo efectivas para reducir las consecuencias negativas de la sequía en la ganadería. Aquí se presentan algunas claves esenciales para enfrentar este desafío:
1. Planificación y monitoreo
La planificación anticipada es esencial. Los ganaderos deben estar preparados para enfrentar periodos de sequía mediante la elaboración de planes de contingencia. El monitoreo constante de las condiciones climáticas, la calidad del pasto y la disponibilidad de agua permitirá una respuesta proactiva ante cualquier señal de sequía.
2. Diversificación de fuentes de alimentación
Es importante diversificar las fuentes de alimentación del ganado. Además de depender exclusivamente del pasto, se pueden incorporar suplementos alimenticios, forrajes conservados y subproductos agrícolas. Esta diversificación garantiza un suministro constante de nutrientes, incluso durante períodos de escasez de pasto.
3. Gestión del agua
La gestión eficiente del agua es fundamental en tiempos de sequía. Implementar sistemas de captación de agua de lluvia, construir abrevaderos eficientes y optimizar el uso del agua son estrategias clave. Además, es crucial educar al ganado para que utilice eficientemente los recursos hídricos disponibles.
4. Rotación de pastizales
La rotación de pastizales es una práctica eficaz para maximizar el rendimiento del pasto y minimizar el impacto de la sequía. Al permitir que ciertas áreas descansen, se fomenta el crecimiento y la recuperación del pasto, asegurando una fuente sostenible de alimento para el ganado.
5. Manejo holístico del ganado
Adoptar un enfoque holístico del manejo del ganado implica considerar el bienestar general del rebaño. Esto incluye la selección de razas adaptadas a condiciones climáticas adversas, la atención veterinaria preventiva y la gestión cuidadosa de la carga animal para evitar la sobreexplotación de los recursos disponibles.
6. Planificación genética
Seleccionar animales resistentes a condiciones climáticas extremas, como la sequía, puede ser clave para minimizar las pérdidas. La planificación genética puede mejorar la capacidad del ganado para enfrentar desafíos ambientales, fortaleciendo la resistencia a la escasez de alimentos y agua.