A través de una investigación de la Universidad Nacional con sede en Medellín se logró formular un protocolo de producción de embriones, que a su vez mejora la productividad del material genético.
Se dice que uno de los problemas que enfrentan las vacas inseminadas con embriones de producción in vitro es la calidad de los mismos y las dificultades que tiene el animal durante el parto, en especial por el tamaño de las crías. Por eso, un grupo de científicos de la Escuela de Biociencias de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional, con sede en Medellín, desarrolló un proyecto que busca mejorar la calidad de los óvulos vacunos y minimizar el impacto de esta situación a nivel productivo.
Neil Vásquez, docente de la Escuela de Biociencias, explicó que a través de esta iniciativa también se logró formular un protocolo de producción de embriones que mejora los estándares de calidad y productividad para este tipo de procesos. (Galería: Comercio de genética, una actividad clave para la ganadería)
La investigación se dividió en 2 partes. La primera se concentró en los antioxidantes y su uso durante el periodo de maduración de los óvulos y cómo afectan la producción de embriones. “La ventaja del estudio de los antioxidantes es que encontramos que algunos de estos presentan altos niveles de concentración, como el ácido ascórbico que aumenta la producción de blastocitos y mejora la calidad de los mismos. Algo que, sin duda, incrementa el rendimiento en lo productivo. De esa manera, podemos tomar varios ovocitos (óvulos inmaduros), madurarlos en el laboratorio, producir los embriones con una alta eficiencia y transferirlos a las vacas receptoras o congelarlos hasta el momento de su uso”, explicó el docente.
En la segunda parte se evaluaron las sustancias que pueden modular la señalización celular y mejorar la calidad de las células, para producir embriones en el ganado bovino. “Con las sustancias que modulan el metabolismo y que por primera vez fueron usadas en el país para producir embriones, hicimos el ensayo de transferencia en vacas. Los resultados fueron positivos, pues se pudo obtener un ternero sano y de bajo peso, comparado con los que se producen en el laboratorio que tienen problemas de gigantismo, lo cual complica el parto en las vacas y genera, en muchos casos, la muerte tanto del ternero como de la madre”. (Lea: “Mejor genética, mejores hatos”: Fedegán)
Lo novedoso, según explica Vásquez, es que no se utilizaron hormonas para producir los embriones. Además, se aumentó la eficiencia en la producción de los mismos y se mejoró su calidad, lo cual se refleja en la morfología y criotolerancia (capacidad de los embriones para tolerar condiciones de criopreservación).
De igual forma, a futuro se tiene planeado dar a conocer un proyecto integral de mejoramiento genético que esté apoyado con recursos de las regalías y tenga como base esta investigación.