La Covid-19 ha golpeado a todos los sectores de la economía y el ganadero no ha estado exento de ello y las consecuencias se continuarán sintiendo una vez se supere la pandemia.

En tal sentido, la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) publicaron un documento sobre el impacto de la Covid-19 sobre el sector ganadero bovino colombiano y sus opciones de mitigación.

El análisis de la información y los datos existentes evidencian que la crisis ocasionada por la Covid-19 está afectando al sector ganadero bovino y sus respectivas cadenas de valor; tanto a los actores directos como a aquellos que dan soporte y suministro, a los consumidores, las comunidades rurales y a los segmentos vulnerables de la población. (Lea: La trazabilidad será fundamental en el consumo postcovid)

Entre los impactos potenciales de mediano y largo plazo plantea la sustitución a largo plazo de productos cárnicos y lácteos debido a cambios en las preferencias del consumidor frente a lo cual se plantea como estrategias de mitigación promover el consume de proteína animal en las cantidades recomendadas, proveniente de sistemas de producción sostenibles; enfatizar la importancia de los alimentos de origen animal para el desarrollo infantil; apoyar el desarrollo de sistemas de producción, cadenas de valor y mercados sostenibles; y, fortalecer la exportación de productos cárnicos y lácteos.

Otro de los impactos tiene que ver con el aumento en las exigencias de trazabilidad, higiene y seguridad en los alimentos, ante lo cual se propone apoyar el desarrollo de sistemas de trazabilidad para cárnicos y lácteos, así como la formalización de cadenas de valor; definir estándares uniformes de salud, inocuidad, sostenibilidad y bienestar animal; y apoyar el desarrollo en sistemas alimentarios sostenibles.

Con respecto a la reducción en la demanda de productos cárnicos y lácteos sostenibles, que es otra amenaza, se propone apoyar la transformación de los sectores cárnicos y lácteos hacia un enfoque más sostenible, para alcanzar economías de escala a lo largo de la cadena y reducir precios al consumidor; desarrollar estándares nacionales de sostenibilidad para productos cárnicos y lácteos; provisión de información a los consumidores para estimular la demanda; y, apoyar la investigación en sistemas alimentarios sostenibles.

Frente al incremento en las compras virtuales de alimentos, la propuesta es apoyar el desarrollo de plataformas de compra virtual; y, ofrecer estándares de bioseguridad y de control de calidad para el manejo de productos alimenticios para asegurar la salud de los consumidores y empleados.

Otro de los aspectos se refiere a cambios permanentes en el modelo operativo de los restaurantes en donde se propone ofrecer estándares de bioseguridad y de control de calidad para el manejo de productos alimenticios frescos para asegurar la salud de los consumidores y empleados; y, apoyar la trazabilidad y sostenibilidad en la provisión de alimentos. (Lea: Después de la COVID-19, la lechería deberá ser más incluyente)

También se prevé un aumento en los precios de los insumos, para lo cual el Ciat propone regulación o control directo de precios; fortalecimiento de acuerdos y negociaciones bilaterales así como de la capacidad local de producción de insumos; y, créditos favorables para la compra de insumos

Un factor adicional que impactará al sector es una mayor prevalencia de los cuellos de botella estructurales en el acceso a créditos para productores de pequeña y mediana escala, frente a lo cual se propone la apertura de más oficinas y medios alternativos de acceso a crédito en áreas remotas; provisión de información clara y comprensible a los consumidores sobre el alcance y requisitos para la obtención de créditos; apoyo en la compilación de la documentación requerida; vincular los sistemas de crédito con los planes departamentales de extensión agropecuaria (PDEA) para incrementar la eficiencia en las colocaciones; y, acompañamiento de créditos con servicios de extensión para aumentar la eficacia de las inversiones y capacidad de repago

A lo anterior se suma como riesgo que aumenten las cadenas lácteas informales sin capital y productores sin alternativas para la venta de lácteos, para lo cual se propone incentivar procesos de formalización de cadenas de valor, así como inversiones en intensificación sostenible de las fincas de pequeños productores para fomentar el acceso a cadenas formales.

Aumento de la vulnerabilidad de los productores primarios a crisis futuras y cambio climático es otro de los factores de riesgo, respecto a lo cual se plantea la necesidad de un apoyo a la diversificación de ingresos de los productores de carne y leche (por ejemplo, producción de semillas de leguminosas, producción comercial de ensilaje, oportunidades fuera de finca); promoción de la diversificación con alimentos básicos para el consumo local y la seguridad alimentaria; implementación de tecnologías para la adaptación al cambio climático; financiación de proyectos de investigación y desarrollo que apoyen la adaptación al cambio climático y preparación ante crisis; y, apoyo a la diferenciación de productos y vinculación de productores con los mercados. (Lea: Veterinarios resaltan el papel de la ganadería durante la COVID-19)

Concluye el trabajando señalando que en general, los impactos son o serán negativos por lo cual se deben identificar e implementar medidas de mitigación adecuadas para garantizar la producción, el acceso y la seguridad de los alimentos a corto y largo plazo. Sin embargo, la actual crisis también ha generado desarrollos positivos que sostendrán el sector en el futuro. No hay duda que tanto los impactos negativos como los positivos darán forma y sentido al futuro de la actividad ganadera.