Los forrajes que consume el ganado bovino en la costa de Colombia se han secado por la brisa. Ante su inevitable presencia, se aconseja a los productores pecuarios implementar sistemas silvopastoriles y la rotación de potreros.
En la costa nunca dejará de correr brisa y con el paso del tiempo será más caliente. Un informe de la revisión de riesgos y oportunidades asociados al cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, expuesto durante la conferencia 20 sobre cambio climático realizada a finales de 2014 en Lima, Perú, señala que la temperatura del aire aumentará 3.7 grados centígrados en Colombia para 2070.
“Dicho incremento repercutirá sobre las partes altas de las cordilleras donde tiene asentamiento una gran parte de la población, ya que se pronostican problemas de escasez hídrica, y en la zona costera donde el aumento del nivel del mar podría afectar asentamientos humanos y actividades económicas”, revela el documento.
Una de las actividades económicas que ya experimenta dificultades es la ganadera. De acuerdo con Rafael Eduardo Rumbo Castro, profesional en gestión productiva y salud animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, en Valledupar, Cesar, la brisa ha secado y quemado los pastos que son esenciales en la dieta de los rumiantes. (Lea: Forrajes y residuos de cosecha, alimento idóneo para bovinos)
Explicó que el viento se suele incrementar en el mes de febrero, pero en este 2015 se adelantó y se espera que incluso se extienda hasta el mes de marzo. Esto sumado a la escasez de lluvias ha generado que los hatos padezcan por alimento.
El profesional ahondó en el tema del viento, el cual hace que los seres vivos, entre esos los vegetales, pierdan parte de su composición de agua, lo que los mantiene vitales. “La acción de la brisa hace que se marchite el pasto y pierda valor nutricional”, dijo.
Sergio Mejía, ingeniero agrónomo, Phd en ciencias agrarias e investigador en pastos y forrajes en la costa atlántica de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, la brisa es un “secador natural” que absorbe la humedad interna de las hojas ante el flujo fuerte de aire caliente.
“La temperatura en la costa puede estar en 38 grados centígrados y con el viento que corre se secan los pastos”, señaló el experto en forrajes quien anotó que la brisa no desaparecerá jamás.
Por eso, sobre las soluciones para controlar la brisa en las fincas ganaderas, Mejía indicó que se aconseja usar cercas vivas, implementar la rotación de potreros y sembrar pastos adaptables a las condiciones climáticas de la zona. (Lea: A falta de melaza para el ganado, ¿bueno es el concentrado?)
Uso adecuado de cercas
1. Barreras rompe vientos
La elección de poner cercas vivas inicia con elegir las maderables, los arbustos y árboles. Según Mejía, de nada sirve tener solo plantaciones altas que no evitarán el paso de la brisa en su totalidad. Lo aconsejable entonces es tener en el predio material vegetal alto, medio y bajo.
2. Rotación
La rotación consiste en ingresar el hato bovino al potrero en un periodo específico de tiempo, cuando el pasto esté en las condiciones ideales de crecimiento para que los animales reciban nutrientes de calidad y posteriormente se le conceda la posibilidad de desarrollarse de nuevo.
Sin embargo, dijo el investigador de Corpoica, se debe conocer el tamaño del potrero al momento de hacer la rotación. Cuando es de grandes dimensiones se corre el riesgo de perder más material verde por la brisa. Por ello, una forma de aprovechar el forraje en su más alto estado de calidad es implementar simultáneamente las cercas vivas y sembrar pastos más resistentes a las condiciones climáticas de la región.
“Cuando los potreros son muy grandes es más fácil que se sequen. La rotación ayuda a que se consuma el pasto de calidad”, dijo. (Lea: Queda tiempo para seguir recomendaciones de Fedegán por El Niño)
Los forrajes secos pierden más del 50 % de sus nutrientes y de nada servirá darlos así a las reses.