En busca de mejorar el bienestar y el rendimiento productivo de las vacas lecheras, un estudio llevado a cabo en China y publicado en Diario Veterinario analizó el uso de cepillos mecánicos en vacas durante diferentes etapas fisiológicas. El objetivo fue determinar cómo el uso de estos dispositivos afectaba el comportamiento de acicalamiento, la salud y la producción de leche de las vacas, así como su rendimiento reproductivo. El estudio se enfocó en tres fases clave del ciclo de las vacas: la lactancia, el secado y el período perinatal. (Lea en CONtexto Ganadero: Por qué el cepillado tiene un impacto positivo en el bienestar animal)
El estudio planteaba la hipótesis de que las vacas utilizan los cepillos mecánicos con mayor frecuencia durante el período perinatal, es decir cerca al parto, en comparación con las etapas de lactancia y secado. Además, los investigadores anticipaban que la implementación de los cepillos contribuiría a mejorar la producción de leche en las vacas que los utilizaban.
Para poner a prueba estas hipótesis, el estudio incluyó 590 vacas, que se dividieron en seis grupos según la etapa fisiológica y el acceso a cepillos mecánicos. En el grupo de vacas en lactancia, 109 recibieron tratamiento con cepillos y 105 no. Para las vacas en secado, 64 usaron cepillos y 49 no. En el grupo de vacas perinatales, 198 utilizaron cepillos y 65 no. Los cepillos mecánicos utilizados eran eléctricos y contaban con dos cabezales: uno con cerdas duras de nailon y otro con cerdas suaves de plástico.
Estos dispositivos se instalaron en diferentes puntos de la explotación ganadera, y se recopiló información sobre el uso que las vacas hacían de los cepillos en diferentes partes del cuerpo, como la cabeza, el cuello, la espalda y la cadera.
Los resultados revelaron un patrón claro de aumento en el tiempo y la frecuencia de uso de los cepillos a medida que las vacas atravesaban las diferentes etapas fisiológicas. Durante la etapa de lactancia, las vacas utilizaron los cepillos en promedio 7,7 minutos al día, con una frecuencia de 2,9 veces por día. En la fase de secado, el tiempo promedio de uso fue de 15,9 minutos diarios, con una frecuencia de 4,2 veces al día. Finalmente, en el período perinatal, las vacas usaron los cepillos durante 25 minutos al día, con una frecuencia de 5,4 veces diarias.
Los autores concluyeron que el uso de cepillos mecánicos era notablemente más frecuente en vacas en secado y perinatales. Estos resultados sugieren que estas etapas del ciclo requieren más atención en cuanto a la instalación de equipos de acicalamiento. Según los investigadores, sería ideal aumentar el número de cepillos mecánicos disponibles, de modo que se pudiera garantizar una proporción de un cepillo por cada 40 vacas, para así satisfacer sus necesidades de acicalamiento.
Otra observación interesante fue la preferencia de las vacas por ciertas partes del cuerpo al usar los cepillos. Durante la lactancia y el secado, la cabeza fue la parte más acicalada, con un 59,32 % y un 44,5 % de preferencia, respectivamente. Sin embargo, durante el período perinatal, la cadera se convirtió en la parte más utilizada para el acicalamiento, con un 40,1 % de preferencia. Estos resultados indican que las preferencias de las vacas varían según la etapa fisiológica en la que se encuentren, lo que a su vez podría influir en la colocación de los cepillos en la granja.
Impacto en la producción
El uso de los cepillos mecánicos no solo afectó el comportamiento de acicalamiento de las vacas, sino que también tuvo un impacto significativo en la producción de leche. En el grupo de vacas en lactancia, el uso de cepillos mejoró notablemente la limpieza de la superficie corporal y aumentó la producción de leche, especialmente en vacas que ya habían pasado por cuatro o cinco partos.
A pesar de estos efectos positivos en la producción de leche, el estudio no observó cambios significativos en el rendimiento reproductivo de las vacas, lo que sugiere que los beneficios del uso de los cepillos están más relacionados con la salud física y la productividad que con la reproducción.
En términos generales, los autores del estudio concluyeron que el uso de cepillos mecánicos podría ser una herramienta efectiva para mejorar la productividad y el bienestar animal en granjas lecheras a gran escala. La implementación de estos cepillos no solo promueve una mayor limpieza en las vacas, sino que también optimiza la producción de leche, lo que podría traducirse en beneficios económicos para los productores.
Los investigadores también destacaron la importancia de la ubicación de los cepillos dentro de la explotación ganadera. Los cepillos que se instalaron cerca de áreas de alto tránsito, como los bebederos y las puertas de acceso central, fueron los más utilizados, lo que subraya la necesidad de una colocación estratégica para maximizar el uso de estos dispositivos.