Una vaca consume en promedio entre 110 y 190 kilogramos de agua al día versus entre 20 y 30 kilogramos de materia seca de alimentos sólidos, lo que demuestra la importancia del vital líquido.
Es un alimento vital y muchas veces considerado como el más barato, si bien esta no es la situación real en muchos casos, según el Ingeniero Agrónomo Rubén Gregoret Especialista en Rumiantes para Sur y Centroamérica en Trouw Nutrition, en una nota de infortamboandina.co
El recurso agua debe ser conocido y cuantificado ya que si es insuficiente o de mala calidad puede afectar desempeño del animal y constituirse en un factor limitante de la producción y rentabilidad.
El agua un alimento vital y muchas veces considerado como el más barato, sin embargo, cuando se considera el costo de extracción, distribución y sobre todo el alto costo negativo que puede generar un suministro deficiente en cantidad y calidad, seguramente se convierte en uno de los alimentos con mayor impacto en el resultado económico de la granja.
El agua es el nutriente más importante para el ganado, tanto de leche como de carne. Es requerida para todos los procesos de la vida: transporte de nutrientes y otros compuestos hacia y desde las células; digestión y metabolismos de nutrientes, eliminación de desechos (orina, heces y respiración) y exceso de calor (transpiración) del cuerpo; mantenimiento de un apropiado balance de iones y fluidos en el cuerpo; provee el ambiente fluido para que se desarrolle el feto. Una pérdida del 20 % del agua corporal puede ser fatal. (Lea: Esta es la cantidad de agua que requiere tomar su ganado al día)
Desde el punto de vista nutricional, el agua se comporta como un solvente universal. En el rumen el agua favorece el ablandamiento y fermentación de los alimentos, permitiendo su degradación y paso al resto del tracto digestivo. Los animales obtienen el agua de tres fuentes: la contenida en el alimento, la que se produce durante los procesos metabólicos y el agua de bebida.
Los hábitos de consumo de agua muchas veces no son considerados y es un punto muy relevante para asegurar la disponibilidad adecuada. El primer punto es que las vacas prefieren tomar agua limpia y fresca. El consumo está distribuido en 3 o 4 tomas diarias, pasarán aproximadamente de 10 a 60 minutos bebiendo agua. La decisión de tomar agua está relacionada con la comida y el ordeño. Entre 30 y 50 % del consumo diario ocurre dentro de la hora post ordeño.
También es muy importante tener en cuenta que al ser los bovinos una especie de comportamiento gregario, la acción de beber agua siempre es grupal, lo que ayuda a definir el tamaño de los bebederos. En general, prefieren el agua entre 17 y 28ºC, pero no es una mayor limitante para el consumo.
Los requerimientos son mayores a edades tempranas, por lo que el suministro de agua tiene especial relevancia en las primeras etapas de la vida del animal. Un bovino adulto consume entre un 8-10 % de su peso en agua. Una vaca lechera puede consumir entre 38 y 110 litros de agua por día (l/d) y un bovino para carne de 26 a 66 l/d. Las hembras preñadas consumen más agua que las vacías, y las lactantes más que las secas. El consumo de agua en vacas lecheras está fuertemente afectado por la producción de leche, ya que entre el 85 y el 87 % de la leche es agua. Una provisión inadecuada de agua puede resultar en una disminución de la producción láctea más rápida y drástica que cualquier otra deficiencia nutricional.
Las recomendaciones de espacio para beber incluyen 5 a 10 centímetros de espacio perimetral por vaca; 60 a 80 centímetros la altura óptima del bebedero; y, 8 centímetros mínimos la profundidad del agua. (Lea: Agua: ‘si usted no se atreve a tomarla, no la de a las terneras’)
Para disminuir los problemas de dominancia es recomendable al menos 2 lugares de suministro de agua por corral. Preferentemente los bebederos deben ser ubicados a por lo menos 15 metros de los comederos. Dejar suficiente espacio de bebedero para que el 20 % de las vacas de un grupo puedan beber a la vez. Las vaquillas deben tener acceso a un espacio de agua de tamaño adecuado por cada 20 animales.
La calidad del agua de bebida para los animales es casi tan importante como la cantidad. Si es de baja calidad habrá una pérdida de estado en los animales, falta de apetito, trastornos digestivos, reducción en la producción láctea, alteración en la reproducción y en los casos más extremos hasta la muerte. No obstante, en la práctica, es difícil determinar cuáles son las características que debe reunir el agua de bebida, ya que los animales suelen acostumbrarse con el paso del tiempo a determinada calidad de agua.
En todo caso es importante monitorearla un par de veces al año. Se puede recolectar una muestra de agua del sitio de donde beben los animales y enviarla a un laboratorio para ser evaluada en cuanto a aspectos químicos y físicos como minerales, nitrato-nitrógeno, sólidos disueltos totales y contenido de bacterias.
El agua toma la forma y la calidad del recipiente que la contiene (bebederos), y por ende la calidad del recipiente puede definir la del agua. Por lo tanto, los bebederos deben mantenerse perfectamente limpios, libres de restos de vegetales, animales, tierra, algas, etc. Los bebederos deben vaciarse y limpiarse con una solución de cloro débil y rellenarse con agua al menos una vez a la semana para mantener la frescura y la calidad.