La producción ganadera en el mundo avanza hacia una cultura de Buenas Prácticas Ganaderas (BPG), que considera aspectos ambientales, el bienestar animal y humano, la responsabilidad social sectorial, la competitividad exportadora y una mayor rentabilidad asociada a productos de calidad.

Así lo señala un trabajo de la Universidad CES, donde se indica que, para lograrlo, se debe trabajar simultáneamente en todos estos aspectos, teniendo en cuenta, bajo los criterios de sostenibilidad, las ventajas comparativas que se tienen para su desarrollo, como el recurso humano, el clima, el suelo, los pastos, los animales y la ubicación geográfica.

En Colombia, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) es la entidad encargada de la promoción de las Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) en el país. En 2007, se estableció la legislación oficial para que los productores, agrícolas y pecuarios, cumplan con unos requisitos mínimos que garanticen la inocuidad y calidad de los alimentos que llegan a la mesa del consumidor final; propendan por el bienestar humano, animal y vegetal; establezcan la protección del medio ambiente, y, al mismo tiempo, mejoren sus ingresos produciendo alimentos más baratos que redunden en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas del campo.

La implementación de las BPG, además de asegurar que la leche y carne producidas no contengan residuos que afecten la salud de las personas que consuman o procesen estos alimentos, o que su producción no afecte el ambiente, busca aumentar la eficiencia y productividad de las fincas, el uso racional y eficiente de los recursos físicos, económicos y humanos existentes, y el mayor bienestar de los trabajadores.

Para el desarrollo e implementación de las BPG es necesario realizar un protocolo escrito para cada actividad relacionada con el desarrollo de la actividad ganadera, específico de la finca, que sirva como guía para la realización de cada proceso. Este protocolo debe contar con una planilla de verificación de que se realizó esta actividad. (Lea en CONtexto ganadero: Buenas Prácticas Ganaderas, claves para aumentar la rentabilidad)

Ejemplo de BPG

Un caso de trabajo con BPG es la Hacienda Rancho Angostura, ubicada en el municipio de Ricaurte (Cundinamarca), donde desarrollan una serie de labores que contemplan registros y documentación de procesos, protocolos de desinfección, alimentación adecuada, bienestar animal y capacitación, entre otros.

En esta lechería, cuentan con cuatro certificaciones en BPG, dentro de las cuales está el manejo de registros que proporcionan información básica que debe ser analizada para la toma de decisiones y es parte de la trazabilidad que se busca, indicó el médico veterinario Luis Eduardo Alayón, de dicha finca, en una nota de La Finca de Hoy.

Lo más importante es el aspecto sanitario, disminuir el riesgo biosanitario del predio y es así como cuentan con la certificación de hato libre de brúcela y de tuberculosis. La disposición de los desechos biosanitarios se debe realizar de forma adecuada, mediante la contratación de empresas especializadas en ello, con el fin de prevenir la contaminación de fuentes hídricas o instalaciones del hato.

Así mismo, trazar estrategias que permitan conseguir un ordeño que garantice leche con la calidad e inocuidad necesaria para ser de consumo humano fresca o en diferentes productos. (Lea en CONtexto ganadero: La productividad ganadera pasa por las buenas prácticas)

Dentro de las buenas prácticas ganaderas de una lechería lo más importante también es la rutina de ordeño y todo el manejo que requiere la extracción de la leche. Esto implica una rutina bien instaurada, los procesos de desinfección de los tanques y de la sala de ordeño que son medidos todos los días.