La sincronización del estro es una de las herramientas con que se cuenta en la actualidad para modificar el ciclo estral y establecer un control en la reproducción, al situar a un grupo determinado de hembras en una misma etapa de su ciclo.
Está comprobado que con un correcto protocolo de sincronización del estro se logra una mejora en los parámetros reproductivos. Esto quiere decir que en cada producción ganadera se deben elegir los mejores protocolos de sincronización en razón a que no todos tienen la misma eficacia, lo cual puede resultar contraproducente en la producción animal, manifiesta el profesor e investigador mexicano Alejandro Córdova Izquierdo, en una nota publicada en el portal ganadería.com
Los protocolos se deben llevar a cabo de manera y tiempo correctos para que haya una respuesta significativa en los índices productivos, como lo son los parámetros reproductivos más importantes.
Mejorando estos parámetros, se incrementa la tasa de preñez y el rendimiento del ganado, logrando así una eficiencia en el desempeño dentro de la producción, además de facilitar procesos como transferencia de embriones e inseminación artificial a tiempo fijo.
Los indicadores del desempeño del hato se obtienen mediante registros de eventos reproductivos los cuales permiten: identificar oportunidades de realizar servicios, fijar metas reproductivas, reconocer problemas reproductivos y monitorear progresos. (Lea: Conozca de qué se trata el ciclo estral y sus respectivas fases)
Afectación de parámetros reproductivos
No obstante, hay factores que impactan a los parámetros reproductivos, como la mala nutrición y pobre condición corporal, que están altamente relacionadas con el bloqueo de la actividad ovárica y el alargamiento del anestro posparto en las vacas de cría.
Se sabe que deficiencias nutricionales, principalmente de energía, tienen un efecto negativo en la liberación de GnRH (hormona producida por el hipotálamo que estimula la hipófisis anterior a secretar) y por lo tanto en los pulsos de LH (hormona luteinizante).
En vacas de cría en posparto, la mayor demanda de energía es debida a la lactancia. Además, una mala nutrición aumenta la sensibilidad del hipotálamo para los efectos de retroalimentación negativa del estradiol. La mala nutrición y pobre condición corporal incrementan los efectos negativos del amamantamiento extendiendo el periodo de anestro en el posparto.
Así mismo, la fertilidad de los vientres afecta directamente la longitud del período entre partos, a menor fertilidad más largo es este período. En cría se procura que el mismo sea de doce meses. El período entre partos está compuesto por la suma de los períodos parto concepción y concepción parto.
Dada la constancia de la longitud de la gestación, las variaciones del período entre partos dependen exclusivamente del período parto concepción. La duración del mismo depende del tiempo entre el parto y la aparición del primer celo y de la fertilidad de los celos, ambos factores están afectados por la condición corporal. (Lea: La estimulación ovárica en la ganadería bovina)
De igual manera, la nutrición es considerada como un factor determinante en la actividad reproductiva, sobre todo porque establece la edad a la pubertad y el momento del reinicio de la actividad uterina en el periodo posparto. Los cambios de status energético y proteico de las vacas representan así mismo otra causa de riesgo, ya que pueden modificar los eventos reproductivos asociados a la involución uterina y a la ciclicidad ovárica, esto sucede cuando el animal pierde demasiado estado corporal y entre un balance negativo.
El animal necesita estar bien nutrido para desempeñar sus funciones reproductivas. Entre tanto, existe una jerarquía en cuanto a las funciones orgánicas prioritarias. La ingestión de cantidades excesivas de proteína bruta o de proteína degradable en la panza aumenta la concentración de nitrógeno ureico en la sangre y en la leche, lo que puede alterar algunas funciones secretorias uterinas y comprometer la tasa de concepción en vacas de leche de alta producción.
Una manera de estimar la eficiencia en la detección de estros en los hatos es mediante la evaluación de los intervalos entre servicios, el cual es el tiempo transcurrido entre un parto y otro en la misma hembra. Es deseable que todas las vacas no gestantes regresen en estro con un intervalo normal de 21 a los 24 días.
Se calcula contando los días a partir de la fecha del último parto a la fecha del parto inmediato anterior, lo óptimo es tener un intervalo de 365 días, este indicador influye en el número de partos de la vida reproductiva. La duración es muy variable dependiendo de factores como prácticas de manejo, raza, edad, duración del estro y anestro.
Beneficios del control del ciclo estral
La sincronización del estro representa una herramienta para mejorar los parámetros productivos y reproductivos en las explotaciones ganaderas. Entre las ventajas están la estandarización del ganado, control de enfermedades de transmisión sexual, reducción de costo en la retransmisión de toros, planificación de partos en épocas esperadas, mejorar la rentabilidad de la granja y el manejo reproductivo del ganado. (Lea: Así se afecta el ciclo estral por el estrés ambiental)
Además, permite que la detección de celo sea más controlada, rápida, óptima y uniforme, acelera el mejoramiento genético en el predio; y planificar partos en épocas deseadas. Sin embargo, menos del 40 % de los productores establecen programas de sincronización de estro.
Las principales fallas en la práctica de estos programas se deben a factores como la selección de vacas inadecuadas, como aquellas que están en anestro posparto, vaquillas prepúberes; fallas en la detección de celo por parte de los trabajadores, y, la pubertad tardía.
Todos los protocolos tienen como objetivo final mejorar parámetros reproductivos y productivos. Esto se logra porque al usar este manejo se logra preñar a una mayor cantidad de hembras en un corto período de tiempo, además hace eficiente la detección de celo ya que se puede complementar con la IATF que permite inseminar a un gran número de hembras en un mismo horario. De la mano está la posibilidad de elegir descendencia genética, mejorando según los requerimientos de cada sistema productivo. Otra ventaja es que permite obtener intervalos de partos de 12 y 13 meses obteniendo una cría al año.
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