Realizar un lavado de los semovientes es una práctica que, si se realiza estratégicamente, ayudará a aumentar la productividad y rentabilidad del predio. Conozca por qué.
Realizarles un baño a las vacas en un predio siempre será sinónimo de higiene, salud y bienestar animal. Son varias las razones por las que un productor puede lavar a sus semovientes y de esta forma obtener una mayor productividad.
Según explicó Elkin Arango Jaramillo, profesional en Gestión Productiva y Salud Animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, el baño de los semovientes se realiza más frecuentemente en las ganaderías lácteas. (Lea: 11 acciones a corto, mediano y largo plazo para mitigar la sequía)
“Las vacas lecheras, como tienen que brindar un producto inocuo para el ser humano, deben ser bañadas siempre que vayan a ser ordeñadas. Esta práctica es muy habitual sobre todo cuando se presentan inviernos en las regiones, pues los animales llegan embarrados a los centros de acopio de leche”, reseñó Arango Jaramillo.
Asimismo, el funcionario del gremio bovino informó que en ganaderías de carne no es tan necesario realizar esta práctica, pues su producto no entrará en contacto con el ser humano sino hasta finalizado el proceso de ceba. (Lea: Disminuyen los ganaderos que utilizan los baños de inmersión)
“Además de ser higiénico, el baño también es utilizado para combatir el estrés calórico que le generan las altas temperaturas a las reses. Aunque es un gasto económico, algunos productores de búfalos lo realizan para disminuir la temperatura interna del animal”, detalló el profesional de Fedegán.
Por su parte, Guillermo Alarcón Cuenca, profesional de Salud y Bienestar de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, dijo que aunque es habitual que los productores bañen a sus reses con insecticidas para evitar la proliferación de ectoparásitos que afectan el desarrollo y producción, esta práctica “está mandada a recoger”. (Lea: La importancia de ejercer control sobre las plagas en los predios)
“Los baños garrapaticidas ya no son una práctica que deba ser muy utilizada en la ganadería, porque los parásitos ya han creado resistencia a los principios activos con los cuales están hechos estos pesticidas. Por ejemplo, los ganaderos inicialmente bañaban cada 2 meses a sus reses, ahora les toca hacerlo cada 15 días por la resistencia que han generado los insectos”, acotó Alarcón.
Además de esto, según aseveró Ismael Zúñiga Arce, subgerente Salud y Bienestar Animal de Fedegán, es importante que el ganadero que realice este baño garrapaticida en su predio se asesore por personas conocedoras del tema para no afectar sus semovientes.
“Todo ganadero debe asesorarse de un asistente técnico o de un médico veterinario al servicio oficial para que no dependa de los veterinarios de laboratorios que venden insumos. De esta forma, el productor conocer la frecuencia con que se deben realizar los baños en su predio”, ultimó Zúñiga Arce.