Además de mejorar el crecimiento del pasto cultivado para alimentar el ganado, estos microorganismos permiten una mayor actividad biológica en los suelos, entre otros factores importantes para su conservación, lo cual contribuiría a disminuir los altos índices de deforestación.
Así lo dio a conocer la ingeniera en Biotecnología Sandra Lucía Cortés Patiño, magíster en Ciencias – Biología de la Universidad Nacional sede Bogotá, a través de una investigación que buscaba determinar el efecto de bacterias benéficas, específicamente de las promotoras de crecimiento vegetal, en el pasto Ryegrass perenne. (Lea: Bacterias promotoras del crecimiento vegetal)
En el estudio se encontró que las bacterias de los géneros Azospirillum, Herbaspirillum y Pseudomonas mejoraron el contenido de agua de las plantas y la producción de biomasa, que es el alimento de los animales. También se observó que mejoran el uso del agua en las plantas, por lo cual se obtuvo una mejor respuesta en su desarrollo.
Este tipo de pasto, usado comúnmente en ganadería debido a su buena calidad nutricional, es muy susceptible a la falta de agua, pues requiere de altas cantidades para un óptimo desarrollo.
“Esta especie proviene de Europa, donde las condiciones climáticas son muy diferentes, entonces tiene una necesidad constante de irrigación. A veces, con las condiciones que tenemos en Colombia no tiene suficiente agua para crecer y eso afecta también la calidad nutricional para la alimentación del ganado”, explica la ingeniera Cortés. (Lea: Así funcionan los microorganismos que aceleran la descomposición orgánica)
Por eso, uno de los propósitos era mejorar la respuesta del pasto a las condiciones de sequía y de déficit hídrico, teniendo en cuenta –a su vez– los eventos que se asocian con el cambio climático, tales como lluvias y sequías extremas.
El estudio se realizó en dos partes del Laboratorio de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia). La primera se centró en la selección de las bacterias que se iban a utilizar, y la segunda fue la evaluación en invernadero, simulando las condiciones reales de campo.
Agua en hojas y biomasa
Para la primera parte se tomaron unas bacterias previamente aisladas y conservadas por la investigadora, que forman parte de una gran colección de microorganismos del Laboratorio de Agrosavia, el cual posee el banco de germoplasma de bacterias con potencial biofertilizante más importante del país. (Lea: Cuidar las bacterias del suelo, la respuesta para mejorar su negocio)
La ingeniera Cortés inició con la identificación molecular y de genes de las bacterias que pudieran estar asociados con características promotoras de crecimiento. Después, hizo la evaluación in vitro de la producción de reguladores de crecimiento vegetal, de la fijación de nitrógeno y de algunas de estas características que influyen directamente para que la bacteria ayude a la planta a desarrollarse mejor.
Una vez se hizo la identificación molecular y se caracterizaron las actividades en laboratorio, se realizó un ensayo de 30 días en un cuarto de crecimiento en condiciones controladas. Allí se inocularon las plantas con estas bacterias y se hizo una simulación de déficit hídrico de 10 días.
Con esto, se evaluó si el hecho de aplicar las bacterias tenía un efecto sobre el crecimiento del pasto cuando había falta de agua. Las dos variables más importantes que se midieron en este ensayo fueron: contenido relativo de agua en las hojas y producción de biomasa (producción de hojas). (Lea: Usar microorganismos mejora sistemas silvopastoriles: estudio)
La segunda parte consistió en llevar a invernadero el pasto con los tres tratamientos de bacterias seleccionados (Azospirillum, Herbaspirillum y Pseudomonas), para entender cómo es que estas bacterias pueden ayudar a la planta a crecer mejor cuando falta de agua.
Por último, los investigadores determinaron que las después de un episodio de déficit hídrico, cuando las rehidrataron, las plantas se recuperaron más rápido.
Beneficios para plantas y suelos
El estudio también aporta a uno de los temas más polémicos que surgen con las prácticas ganaderas: la utilización del suelo para este fin. La ingeniera Cortés destaca que el uso de estas bacterias, además de beneficiar el desarrollo de los pastos, “también permite una mayor actividad biológica en los suelos, un mayor ciclaje de nutrientes y contribuye a la biodiversidad del suelo, otro factor importante en términos de conservación”. (Lea: Cuidar las bacterias del suelo, la respuesta para mejorar su negocio)
Por otro lado, el hecho de que estos microorganismos contribuyan al contenido de carbono, nitrógeno y fósforo en el suelo permite que no se invadan más terrenos que no tengan esa vocación y que se puedan proteger los ecosistemas para no seguir deforestando.
Fuente: Agencia de Noticias UN.