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Foto: bmeditores.mx

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Avances genéticos ayudan a la eficiencia y rentabilidad de los hatos lecheros

por: - 31 de Diciembre 1969

La genómica se constituye en la tercera gran revolución de la humanidad, después de la industrial y la tecnológica y esto tiene especial importancia en la ganadería.

La genómica se constituye en la tercera gran revolución de la humanidad, después de la industrial y la tecnológica y esto tiene especial importancia en la ganadería.

Así lo planteó Santiago Giraldo Pérez, Gerente de estrategia de Alta Vetpral, durante su charla en la Cuarta Expoleche, organizada por Sugaberrío el fin de semana anterior, donde planteó que la genómica tiene implicaciones para la ganadería, la agricultura, la humanidad y la energía renovable.

La revolución genómica está cambiando la forma como se producen los alimentos, como se descifran los problemas de la salud humana y como se trabaja la generación de energía. Esta nueva fase va a implicar una reducción de costos y un aumento de la productividad. (Lea: ¿Sabe cómo se aplica la genómica en la ganadería?)

La genética bovina avanza igual de rápido que las demás tecnologías con desarrollos en productividad, nivel de especialización, desempeño, eficiencia de conversión, nuevas herramientas de manejo, menores costos y más rentabilidad.

Los avances genéticos en las razas lecheras se pueden establecer en tres grandes temas: más desempeño, competitividad y rentabilidad.

Esto se logra con desarrollos en producción a través de más volumen de leche, de mejor calidad y mayor conversión del alimento; así mismo en la parte de salud con longevidad, sobrevivencia, fertilidad, salud de la ubre y facilidad de parto; y en el tema de conformación con animales de talla mediana y mayor eficiencia productiva.

Antes de la genómica para saber si una vaca iba a ser sobresaliente se debía esperar entre 18 y 20 meses a que estuviera fértil y poder reproducirla y luego esperar otros nueve meses a que tuviera su primer parto y de ahí en adelante evaluarla no solo en su primera lactancia sino en su segunda y hasta la tercera, con lo cual el proceso podía tardar de cuatro a cinco años.

Con la genómica se puede, con mucha precisión, determinar desde el momento que nace la vaca o el toro si cumple con lo que necesita el ganadero gracias a que la genómica se complementa con datos reales. (Lea: ¿Por qué deberíamos hacer nuestra propia selección genómica en ganadería?)

Es el caso de la raza holstein que se ha venido evaluando durante varios años mostrando cómo ha ido mejorando el promedio del valor genético. En Estados Unidos, por ejemplo, se evalúan 10 millones de vacas holstein permanentemente lo cual permite alimentar las bases de datos con información real que se contrasta con los modelos de la genómica.

Para incorporar la genómica en los hatos lo primero que se necesita es tener un norte genético, saber qué se quiere por ejemplo mayor fertilidad, más eficiencia en la conversión, longevidad o una combinación de algunos factores, escoger una ruta y trabajar en esa dirección.

A renglón seguido se deben conocer las vacas que están en el hato porque son el eje principal de la ganadería y la genética se trabaja a través de ellas. Teniendo la información de las vacas hay que saber interpretarla; igualmente es importante que al hacer la selección de los animales, estos se encuentren alineados con ese norte genético que se ha trazado el ganadero.

En ese norte genético es fundamental tener en cuenta dos conceptos: adaptabilidad y desempeño. En zonas como el Magdalena Medio se debe usar las razas cebuínas como eje de adaptabilidad y en el desempeño se pueden aprovechar esos avances de las razas taurinas.

Igualmente es importante tener en cuenta que la genética va ligada a la reproducción, es una herramienta que participa en este proceso. (Lea; Genómica, un plan para tener hatos más productivos)

De los tres sistemas que se tienen para la reproducción como son la monta directa, la transferencia de embriones y la inseminación artificial esta última es la más práctica porque tiene alto impacto y bajo costo y complejidad, concluyó.