Miguel Gutiérrez Fidencio, Mónica Ramírez Mella, Itzel López Rosas, J. Efrén Ramírez Bribiesca, M. Magdalena Crosby Galván, Martha Hernández Rodríguez y Alfredo Sánchez Villareal hicieron un trabajo de investigación en el que afirman que el CH4 es un gas 28 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2) en términos de su efecto invernadero, lo que lo convierte en un agente particularmente nocivo para el medio ambiente.. (Lea en CONtexto ganadero: Técnica mide gases de efecto invernadero en ganadería**)
Ante esta situación, una estrategia prometedora para reducir la producción de CH4 entérico es la manipulación de la microbiota ruminal mediante la inclusión de aditivos naturales en la dieta, particularmente aquellos derivados de fuentes vegetales.
La investigación explica que diversos estudios se han centrado en el uso de forrajes ricos en metabolitos secundarios, como taninos condensados y saponinas, que han mostrado efectos positivos en la reducción de la metanogénesis ruminal.
En ese contexto, el jengibre aparece como una alternativa innovadora debido a sus propiedades antimicrobianas. Esta planta contiene diversos compuestos bioactivos, como compuestos fenólicos, gingerol, shogaol, shogaol y terpenoides, que le confieren actividad antimicrobiana. Aunque estos efectos están bien documentados en humanos, en animales de interés zootécnico aún se encuentran en fase exploratoria.
Los expertos aseguran que los estudios sobre los efectos antimicrobianos el jengibre en animales han demostrado una reducción significativa de microorganismos patógenos en diversas especies, incluyendo gallinas ponedoras, pollos de engorde y peces.
En rumiantes se han realizado investigaciones in vitro con extractos etanólicos y metanólicos, aceite esencial y harina de rizoma de jengibre. Los resultados muestran que solo la harina de rizoma tiene un efecto antimetanogénico, mientras que otros derivados del jengibre no modifican la producción de CH4 ruminal.
El estudio realizado por estos investigadores de forma in vitro indica la inclusión del 5% de harina de jengibre en la dieta de bovinos, llegando a reducir la producción de CH4 ruminal en más del 45%. En los resultados no se observaron diferencias en las emisiones de CH4 con inclusiones superiores al 10%, lo que señala un punto óptimo de inclusión del jengibre.
Sin embargo, para su adopción a gran escala, es fundamental superar los retos científicos y económicos, profundizando en la investigación y explorando vías que permitan su aplicación práctica y sostenible en el sector ganadero. (Lea en CONtexto ganadero: Cambio climático y la seguridad alimentaria, "la ganadería puede ser un aliado en su combate")