El manejo de las donantes para maximizar la producción de embriones y el de las receptoras para tenerlas disponibles en el momento oportuno y para que tengan una buena fertilidad, forma parte de las tareas más importantes de la transferencia de embriones.
Obtener buenos resultados en los programas de transferencia de embriones depende de un sin número de aspectos a considerar, entre ellos se encuentra el tipo de protocolo que se use, las hormonas con los que se trabaje, el estado nutricional de los animales, la raza, la edad, el clima y el manejo que se le esté dando a las vacas. La sumatoria de todos estos aspectos da como resultado el éxito o el fracaso en la transferencia de embriones.
Según la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Senepol y sus Cruces (Asosenepol), la evolución hacia un sistema de manejo eficiente toma tiempo y paciencia y varía ligeramente de situación en situación. (Lea: ¿Cómo implementar la transferencia de embriones en su finca?)
La superovulación de la vaca permite que ésta, en vez de ovular una sola vez y producir un embrión por año, con la estimulación produzca mayor cantidad de óvulos, que puede así llegar a los 10 o 12. Posteriormente, se insemina a las vacas, y 7 a 8 días después, los profesionales encargados del protocolo de trabajo se encargan de realizar la colecta de embriones siempre que tenga un formato justificado.
Están las hembras receptoras, que son vacas que no aportan nada genéticamente dentro del proceso de la transferencia, sino que sirven como recipientes. Sin embargo, las mismas tienen que estar libres de enfermedades reproductivas, y ser candidatas a buenas madres porque van a tener que amamantar y destetar después a los terneros.
La receptora ideal es una vaca joven, libre de enfermedades, de probada fertilidad y habilidad materna. Además, debe tener un tamaño adecuado para no presentar problemas al parto. Aunque la raza no es un factor importante, generalmente se acepta que las vacas cruzadas tienen mayor fertilidad.
Debe funcionar perfecto en su parte reproductiva, pues su aparato debe estar en óptimas condiciones para alojar un embrión y llevar a cabo la preñez.
La vaca debe contar con una excelente producción de leche para alimentar a la cría nacida por transferencia de embriones; deben tener la habilidad materna suficiente para cuidar al ternero durante toda la etapa de lactancia, es decir, en este aspecto influye el comportamiento de la vaca; esta receptora de embriones debe encontrarse en óptimas condiciones sanitarias y contar con todas las vacunas reglamentadas, de tal forma que le debe transferir inmunidad al ternero que está recién nacido. Esto se convertirá en la primera línea de defensa frente a enfermedades. (Lea: ¿Cuánto vale producir un embrión bovino?)
Debe contar con buena condición corporal toda su etapa de lactancia, de tal forma que tenga un buen precio de venta y la posibilidad de estar preñada nuevamente.
Entre tanto las donadoras son vacas élite y son las dadoras de genética. El proceso de selección de donantes es uno de los procesos más importantes, porque, aunque se pueda tener la vaca más productora de leche, o la mejor en un juzgamiento, puede ser que a la hora del trabajo ella no responda a un proceso de superovulación hormonal que permita colectar la mayor cantidad de óvulos.
Una vez seleccionadas, a las hembras se les efectúa un chequeo reproductivo, ginecológico; también ecografía a los ovarios y del útero para ver si está en condiciones de ser tratada. El valor de la donadora puede ser definido de acuerdo con diferentes criterios según los beneficiarios. Sin embargo, en el caso de la aplicación práctica de la técnica para el mejoramiento genético del ganado, se debe escoger a las vacas más productivas como donadoras.
Las vacas donadoras no deben presentar enfermedades hereditarias; tener excelente historial reproductivo y salud; alto valor en el mercado; ciclos estrales regulares; no tener enfermedades que afecten la fertilidad; y, no ser demasiado viejas.
El manejo de las donantes es uno de los puntos críticos. Si estas hembras no están reproductivamente bien y en un adecuado estado de balance nutricional el programa puede fracasar antes de haber comenzado. Sólo ocasionalmente se deberá trabajar con vacas que carezcan de una óptima historia reproductiva o que tengan algún problema reproductivo determinado. Estos son casos especiales que no siempre se pueden rechazar y en los cuales las probabilidades de éxito son menores. En tales casos se debe prevenir al propietario sobre el mayor riesgo y el animal será tratado en relación con el problema detectado. (Lea: ¿Por qué el método de transferencia de embriones depende del tipo de vaca?)
Muchas vacas ciclarán en forma irregular en los dos primeros meses posparto si están bien nutridas y luego comenzarán a ciclar más regularmente. Otras no ciclarán mientras tengan su ternero al pie aun estando bien nutridas y esto no constituye una patología, sino que es una respuesta natural en los mamíferos.
Con respecto al estado nutricional, uno de los problemas importantes en transferencia de embriones es paradójicamente el inverso al que ocurre en la vaca de cría; es decir el de las vacas demasiado gordas. Este exceso de alimentación tiene un efecto negativo sobre la reproducción, la lactancia y la longevidad.
Un bovino que no esté en las condiciones climáticas óptimas, será difícil que produzca una cantidad rentable de embriones, así se use el mejor protocolo, esté bien de nutrición y se le dé un excelente manejo. La vaca gastará mucha energía en adaptarse al medio ambiente y no tendrá energía para sus funciones reproductivas. Además, el metabolismo de las vacas se descontrola, lo que causa un estrés afectando negativamente la producción de embriones y ovocitos.