Para prevenir lesiones en las patas y pezuñas del ganado basta con aplicar herramientas de bienestar animal (BA) que procuren brindar un ambiente adecuado al semoviente. Conozca cuáles de estas herramientas son necesarias para evitar heridas o afecciones graves.
Según el médico veterinario José Rodolfo Lagger, la ausencia de normas mínimas de BA resulta en animales con deficiencias nutricionales, inexistencia de pediluvios y accesos en mal estado, denominadores comunes que “hay que resolver”.
Así pues, la estrategia preventiva consta en una dieta balanceada que cubra los requerimientos energéticos, de proteínas, fibra y de macro y microminerales, en particular de zinc y cobre orgánico, que contribuyen a la formación correcta de la pezuña.
En cambio se debe evitar el exceso de hidratos de carbono de alta fermentación, que causan acidosis, así como pasturas con alta humedad y con proteínas altamente degradables. (Lea: Aspectos de las instalaciones pueden ocasionar cojeras en vacas lecheras)
En cuanto a las instalaciones, uno de los factores de riesgo que se deben atender son los accesos de entrada y salida de las instalaciones de ordeño. Deben estar sin pozos, no ser resbalosos, ser suficientemente amplios y evitar que el animal deba girar a la salida.
Asimismo, Lagger indicó que los comederos y bebederos deben estar en excelentes condiciones de mantenimiento, sin barro y/o estiércol acumulados. El barro y el estiércol ablandan las pezuñas y tienen las bacterias que producen las lesiones podales.
Por eso, el uso del pediluvio (lavado de las pezuñas) ayuda a prevenir lesiones por infecciones. Su frecuencia depende del grado de infección en el hato. Su recomendación es usar alfombras con antisépticos y bactericidas que facilitan la tarea, aunque solo actúan en la suela.
En los sistemas estabulados, los cubículos/camas deben ser espaciosos y proveer suficiente paja y/o arena para aminorar el impacto del suelo duro en el animal. (Lea: ¿Por qué aparecen y cómo tratar hematomas y úlceras solares por laminitis en bovinos?)
En estos sistemas, la agresión del piso duro produce un crecimiento mayor de la pezuña y es necesario hacer desvases correctivos, en algunos casos dos veces por año. Una buena medida puede ser revisar y desvasar al momento del secado y en las primeras 6 a 8 semanas de paridas.
El personal que trabaja con los animales “debe tratarlos muy bien, no apresurarlos jamás”. Esto requiere estar atento y preparado para hacer una detección rápida de las lesiones y efectuar el tratamiento indicado por el profesional lo más pronto posible.
Los operarios que maltratan a los animales deben ser destinados a tareas administrativas o se debe brindar capacitación para instruirlos sobre mejores estrategias de manejo del ganado. (Lea: 5 acciones para lograr la buena salud de las pezuñas en ganado bovino)
El uso de la condición o scoring de locomoción y/o marcha es una buena práctica que ayuda a detectar lesiones podales, para derivar al control veterinario. De igual manera, es muy importante también observar las patas en la sala de ordeño.
Allí se ve caminar a las vacas al menos dos veces por día, y a poca distancia se pueden observar las lesiones y realizar inmediatamente un tratamiento. En últimas, la sala de ordeño debe tener una muy buena iluminación, que permita visualizar las patas perfectamente.