La genética y su mejoramiento no deben ser una moda sino una convicción enfocada a la mayor y mejor producción de carne y leche para seguir soportando la seguridad alimentaria.

Así lo planteó Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), donde indicó que todo programa de mejoramiento genético debe estar incluido en el proceso de planeación estratégica a largo plazo que se formule en la finca de manera coherente con los objetivos planteados.

Sostuvo que en el propósito de mejorar genéticamente el hato es fundamental revisar inicialmente el entorno en el que se encuentra el predio, las condiciones y la línea de producción que se busca para que al final, usando las herramientas tecnológicas disponibles, se pueda emprender el camino hacia el mejoramiento de la finca de una manera integral y amigable con el medio ambiente. 

Indicó que en el país las razas cebuínas o indicus han sido de gran uso tanto para cría de ganado puro como para cruzamientos con Taurus. Los animales cebuinos se caracterizan, entre otras cosas, por tener giba donde pueden almacenar grasa para las épocas en donde hay menor oferta de forraje; pelo fino y corto con gran cantidad de pelos por unidad de área permitiéndoles protegerse de una mejor manera contra los ectoparásitos como garrapatas, tábanos y moscas. 

Sus pezuñas son pigmentadas que se relacionan con la menor presencia de problemas podales por reblandecimiento del casco. Los prepucios son largos y de piel suelta lo que facilita su adaptación al calor del trópico. (Lea: En qué debe fijarse para implementar mejoramiento genético bovino)

El mejoramiento genético en el hato colombiano ha tomado relevancia. Actualmente se cuenta con test de progenie en razas de carne como de leche, así como pruebas genómicas que posibilitan ir un paso adelante en el mejoramiento genético en las diferentes razas.

Estas pruebas permiten identificar los animales reproductores que tienen una heredabilidad y confiabilidad de sus características productivas superiores y la calidad genética de los animales como punto de partida de la selección y mejoramiento por el uso de toros seleccionados bien sea por monta directa, inseminación artificial o por transferencia de embriones al usar no solo toros mejorantes sino vientres superiores.

Las pruebas para ganado de carne evalúan las características que un toro es capaz de transferir a su descendencia, conocida como DEP (Diferencia Esperada de la Progenie); el peso al nacimiento y a los cuatro meses que evalúa la capacidad de los terneros de crecimiento rápido, al igual que el peso al destete y al año.