La certificación en Buenas Prácticas Ganaderas, BPG, es el resultado del esfuerzo hecho por productores comprometidos con el negocio. Predios de lechería especializada, doble propósito y ceba pueden obtener el reconocimiento del ICA. 3 fincas certificadas en BPG en diferentes zonas de Colombia le han apostado a una producción animal con visión empresarial, que ha dado resultados favorables en la línea de engorde de novillos y obtención de carne de alta calidad. Cesar, Córdoba y Antioquia son las regiones en las que se hallan los predios certificados. La visión de las 3 ganaderías ha sido cebar animales con alimento a base deforrajes y/o silvopastoriles, suficiente cantidad de agua, confort y sanidad. (Lea: Estabulación de ganado al estilo colombiano) Sergio Cano Álvarez, es el propietario de un predio con animales cebú que se ceban a 100 metros de altura sobre el nivel del mar, en Montería, Córdoba. Allí se han sembrado pasturas mejoradas. El angleton, pangola y climacuna crecen en el predio habitado por novillos que son cebados hasta los 36 meses de vida, máximo, cuando han alcanzadoun peso promedio de 480-490 kilos para su comercialización a plantas de beneficio animal. “Todo lo hacemos a campo abierto en el potrero. Solo damos buenas pasturas, agua y sales al ganado que cebamos”, describió Cano Álvarez que ha mantenido el predio certificado en BPG de la mano de una dieta natural de pasturas que otorga a sus bovinos, los cuales cuentan con un área arborizada para no padecer por las altas temperaturas. “La finca está completamente llena de árboles, tenemos agua de calidad gracias a un acueducto y potreros adecuados con personal preparado que maneja los animales”, expuso. (Lea: PLan del Clúster de carne de Córdoba estaría listo en noviembre) Juan David Orozco, es el administrador general de la finca La Guamo, de la Fundación Berta Arias de Botero. Este predio se halla a 600 metros de altura sobre el nivel del mar en La Pintada, Antioquia, en una región a orillas del Río Cauca. Los 50 años de tradición de la explotación demuestran que no saben de improvisaciones. Los animales de leche doble propósito y de ceba de La Guamo están en más de 800 hectáreas en las que crecen árboles, arbustos y gramíneas que se incluyen en la dieta nutricional del hato certificado en Buenas Prácticas Ganaderas. Orozco manifestó que el software les ha arrojado como resultado que un novillo alcanza una ganancia de 620 gramos diarios de peso y cada uno de ellos se ceba hasta los 460 kilos entre 23 y 25 meses de vida para enviarlos a sacrificio. El engorde de los animales se hace a cielo abierto en un terreno con dificultades por las laderas que lo caracterizan. Eso no ha impedido que el negocio empresarial prospere, como lo describió el administrador quien no negó que el verano actual complica aún más el sostenimiento de animales de engorde. “Por las condiciones de ladera y porque es mucha tierra, no se tiene sistema de riego. Se hace captación de agua para que el ganado beba”, explicó Orozco quien ha incluido henos y sales proteicas en la finca para evitar que los novillos pierdan corporalidad. En los municipios de Gamarra, La Gloria y Curumaní, departamento del Cesar, a 50 metros de altura sobre el nivel del mar, se ubican 4 fincas cebadoras de novillos de la raza brahman y mestizos con cebú. (Lea: Novillos de 24 meses se sacrifican con 450 kilos de peso en Colombia) El hato de bovinos se alimenta con angleton, guinea, climacuna y estrella en un sistema de rotación de potreros. Los animales están en campo abierto los 365 días del año. Los 4 predios están certificados en Buenas Prácticas Ganaderas, lo que les ha permitido a los dueños exportar ganado en pie y comercializar a plantas tipo exportación carne de res. Irán, Monte Carlo, Costa Luz y La Florida son las 4 fincas que cuenta con el reconocimiento del ICA en las que Miguel Dulcey, su gerente, trabaja día a día por el sostenimiento de tal título y el engorde de novillos que alcanzan un peso de 520 kilos hasta los 33 meses de edad, cuando son vendidos para su posterior beneficio. “El ganado comercial come solo pastos, más sal y agua. No suplementamos pero damos melaza”, señaló Dulcey que también ha vivido las dificultades por la escasez de agua, lo que lo llevó a bajar la carga en el predio para sostener el peso de las reses y recibir un pago justo por kilo de carne vendida de animal en pie. En las 4 fincas los novillos alcanzan un ganancia diaria de 500 kilogramos. Dulcey manifestó que recibir y mantener la certificación en BPG es un logro que se alcanza con dedicación y esfuerzo, que da frutos en el mediano y largo plazo, permitiéndoles cumplir incluso con los protocolos necesarios para exportar. “Uno de los requisitos para comercializar animales y carne en el exterior es tener predios certificados y nosotros los tenemos”, apuntó el gerente de las 4 fincas, que añadió que el mantenimiento del aval que otorga el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, tiene como base llevar indicadores, registros, pesaje mensual de reses e incluir alimento de calidad; en sí, tener fincas organizadas día tras día.