Las cercas vivas son un arreglo silvopastoril no intensivo que representa ganancias económicas a largo plazo, pues su establecimiento y mantenimiento reduce costos para el productos por la vida útil y productiva de las mismas.
A través de la implementación de cercas vivas se pueden generar beneficios ecológicos gracias a la protección del suelo y la calidad del aire, entre otros. Una vez establecidas, el productor debe cuidar su inversión no solo para que le genere grandes beneficios económicos, sino también para que este modelo sostenible ayuda a mejorar el ambiente de la explotación. (Lea: Conozca cómo debe ser el establecimiento de cercas vivas)
De acuerdo a la cartilla ‘Cercas Vivas’ elaborada por el Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible (GSC), la protección por medio de una cerca muerta paralela a la cerca viva también protege la regeneración natural que ocurren en ese sitio.
Lo anterior significa que, al aislar esa área, se pueden seleccionar otras especies de importancia para la explotación ganadera y sobre todo para el dueño del predio.
Para potencializar las funciones ecológicas de las cercas vivas, es importante considerar algunas prácticas de manejo que indica la cartilla:
- Aplicar la poda parcial en las cercas para mantener una estructura que conserve las funciones de conectividad y disponibilidad de recursos para la biodiversidad.
- En cercas vivas con funciones para producción de forraje, alternar los árboles para este fin dentro de la cerca, de tal forma de no disturbar la complejidad estructural.
- Implementar cercas vivas multiestratos, pues presentan diversidad de especies y sus usos de los árboles. Además ofrecen una variedad de productos para el autoconsumo y hasta para la venta. (Lea: Conozca cómo debe ser el manejo de las cercas vivas)
Esta herramienta sostenible también es adecuada para los animales silvestres porque constituyen un puente o corredor para su desplazamiento de un lugar a otro de la explotación ganadera.
- La combinación de cercas vivas simples con multiestratos ayudan a reducir la competencia con el pasto y a generar ingresos adicionales.
En el caso de las cortinas rompevientos, estos arreglos son hileras de árboles o arbustos de diferentes alturas que forman una barrera opuesta a la dirección predominante del viento, su altura y densidad constituyen un obstáculo al paso del viento.
Generalmente, estas cortinas se orientan de norte a sur o de occidente a oriente, de forma paralela a los límites del terreno, aunque en ocasiones puede haber arreglos circulares que llegan a ser bastante efectivos.
La densidad debe ser lo más compacta posible, evitándose espaciamientos entre plantas que permitan infiltraciones de aire que formen corrientes turbulentas. Hay que destacar que entre más alta sea la cortina, mayor será el área protegida. (Lea: Cercas vivas aportan múltiples beneficios a la ganadería)
Fuente: Cartilla ‘Cercas Vivas’.