Las heladas son un descenso de la temperatura del aire por debajo del punto de congelación del agua, es decir, de 0°C. Esto genera que el agua o el vapor que está en el aire se congelen sobre las superficies del suelo especialmente de las plantas generándoles afectación. Conozca cómo enfrentarlas.

En la reciente charla organizada por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), Enrique Murgueitio Restrepo, director ejecutivo de la Fundación CIPAV, indica que existen estrategias de mitigación de heladas a mediano plazo que generan menores afectaciones para las pasturas de las explotaciones agrícolas y ganaderas. (Lea: Ganadero así puede protegerse del impacto de las heladas)

“Las heladas tienen un espectro mucho mayor en el mundo y en el continente porque tenemos mucho más fuerte las heladas por advección, que son movilizaciones continuas de masa de aire frio que proceden de las regiones polares”, explica Murgueitio Restrepo.

El choque del aire caliente con los helados que provienen de los polos ocasionan algunas veces fuertes precipitaciones pero en otras una congelación masiva en los paisajes, incrementándose esta última opción con el cambio climático, pues se han vuelto más severas, frecuentes y difíciles de predecir.

Según lo expresado por el experto, la cultura de los trabajadores del campo de las zonas templadas y subtropicales es variada porque “las personas saben algo pero ahora esto se ha vuelto cada vez más impredecible, fuerte”, asegura. El profesional explica que en el campo colombiano se tienen heladas por radiación mas no por advección. Estas se originan por la pérdida de calor que sufren las plantas y el suelo y que ceden a la atmósfera durante la noche por medio del proceso de radiación.

El experto asegura que es determinante conocer acerca de cómo funciona la evaporación en cada región a lo largo del año, así como también la forma en la que las prácticas logran mejorar la infiltración en los suelos o no permitirla generando más escorrentía.

Durante la charla, el profesional menciona que la estrategia esencial no solo debe atender la emergencia de las heladas sino convertirse en un punto de planificación para que estas no afecten el futuro de las explotaciones agrícolas y ganaderas. (Lea: Recomendaciones del MinAgricultura frente a las heladas)

Este manejo inteligente de las heladas puede variar su accionar porque implica la utilización de la técnica de coseche de agua, un riego más eficiente cuando hay excedentes, incremento de la cobertura vegetal con barreras y setos y el incremento de la materia orgánica en el suelo.

En el caso de la cosecha de agua, Murgueitio Restrepo expone que “el área de captación de los techos es impresionante y una oportunidad enorme para cosechar una cantidad de agua que normalmente la dejamos pasar durante la época de lluvias”, menciona.

Este uso del agua debe realizarse con energías alternativas para su gestión y manejo, el experto recomienda que ojalá esto se realice con energía renovable para apoyar el modelo amigable con el medio ambiente.

En palabras de Murgueitio, “nada de esto puede funcionar mejor si no logramos infiltrar el agua en la tierra y esto no solamente tiene que ser en las laderas sino también hay una connotación importante para las partes planas de los altiplanos”, comenta.

Este experto añade que la materia orgánica determina todo, inclusive el cambio climático, pues agua, suelo y materia orgánica son un solo elemento que se convierten en determinantes para la mitigación de las heladas. (Lea: Tenga presentes estas recomendaciones ante las heladas)

Árboles

Los árboles son esenciales en este proceso de mitigación ya que estos trabajan bajo y sobre el suelo con sus ramas y hojas. Las raíces son las principales conductores para abrir los poros de la tierra y así modificar la estructura, el reciclaje de nutrientes y la retención de la humedad.

“El manejo inteligente también implica como retener agua a la altura de las plantas, no solo en el suelo sino más arriba en la primera capa que es la formadora de la helada”, expone Murgueitio Restrepo. Todo esto con la intención de lograr disminuir los milímetros de evaporación y escalar los sistemas silvopastoriles y bosques en los agropaisajes que tienen efectos positivos en los microclimas.

Murgueitio Restrepo asegura que “un paisaje entero puede tener mucha más humedad si logramos que todos los productores hicieran lo mismo, integrándolo a la escala de las microcuencas, que es el camino”, señala.

Es decir que las masas de bosque nativos ligadas a sistemas silvopastoriles con árboles maderables impiden que las heladas entren porque hay un manejo impecable de los árboles que evitan que se presente el diferencial de temperaturas.

“Las primeras etapas son realizar los establecimientos en línea de conectores como cercas vivas que llamamos setos forrajeros que son una herramienta de lucha contra las heladas en los altiplanos”, expresa Murgueitio Restrepo.

A pesar que esta práctica se demora un par de años, es una herramienta que puede a mediano y corto plazo mitigar los efectos de las heladas en las diferentes zonas del país, donde suelen ser muy frecuentes.