Mientras muchos colombianos cambian el menú por tradición, el gremio ganadero ajusta su estrategia sin detener el negocio. Juan Pablo Pérez Montes, joven martillo y socio de Asogans, compartió cómo esta temporada, aunque desafiante, abre nuevas oportunidades.
La Semana Mayor marca, desde hace décadas, un momento de pausa y recogimiento espiritual para muchas familias colombianas. Pero para el sector ganadero, es también una semana de ajustes, pues durante la cuaresma el consumo de carne bovina en Colombia cae hasta un 30 por ciento en ciudades capitales.
Aunque el consumo de carne bovina disminuye significativamente en las ciudades principales por la tradición religiosa, esta caída se ve parcialmente compensada por el aumento de la demanda en destinos turísticos. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cuáles son las estrategias para posicionar la carne colombiana en los mercados internacionales?)
Así lo explicó Juan Pablo Pérez Montes, ganadero, publicista y figura clave en la transformación digital de la Asociación Gremial Ganadera del norte de Caldas y sur de Antioquia (Asogans), quien ha vivido de cerca esta dualidad del mercado.
“Históricamente, el consumo de carne de res cae alrededor de un 30 por ciento en las ciudades capitales, pero aumenta en los destinos turísticos”, afirmó, destacando que estos movimientos ya están interiorizados por los actores del gremio y se afrontan con normalidad operativa.
Subasta que no se detiene
En un momento donde otras industrias se ralentizan por el feriado, las subastas ganaderas al menos en regiones como La Pintada, Antioquia, siguen funcionando a buen ritmo. La subasta de Asogans, con 30 años de historia, es un ejemplo claro. Gracias a su ubicación estratégica y al esfuerzo colectivo de más de 130 socios y 1000 afiliados, se ha consolidado como un eje comercial del Cauca Medio.
Pérez Montes, bajo el rol de martillo, afirmó que “desde la pandemia, hemos fortalecido el engranaje virtual y la imagen de la asociación. Hoy, la subasta opera con total normalidad en Semana Santa”.
La estabilidad en la actividad responde también a que la comercialización de ganado de reemplazo obedece a los ciclos productivos y no necesariamente a factores estacionales. Eso sí, los pedidos hacia destinos turísticos suelen ser más conservadores y, en muchos casos, se hacen a última hora.
Precios, exportaciones y expectativas
Pese a la caída en la demanda urbana, los precios por kilo de carne no necesariamente siguen la misma tendencia. De hecho, este 2025, el panorama está condicionado por un factor externo con fuerte incidencia relacionado con la reactivación de las exportaciones desde marzo. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Hito histórico! Ya se efectuó el primer envío de carne colombiana a China)
El profesional explicó que “los precios están mostrando una tendencia al alza gracias a este fenómeno de exportación. Si no se anuncian exportaciones para mayo, probablemente el mercado vuelva a tender a la baja”.
Este dinamismo obliga a los ganaderos a mantenerse informados y flexibles, ajustando su producción y comercialización a un entorno que ya no solo depende de la religión o la tradición, sino también de decisiones económicas internacionales.
Tradición religiosa vs nuevas tendencias
La religiosidad sigue teniendo peso en los patrones de consumo. Colombia sigue siendo, como dijo Pérez Montes, “el país del Sagrado Corazón de Jesús”, y aunque muchos jóvenes han dejado de practicar la religión de forma activa, los días de vigilia aún impactan la mesa de millones de familias.
Esta situación crea una ventana para otros actores del sector agroalimentario, como los piscicultores, que ven crecer su demanda estacional. Para el gremio cárnico, en cambio, es una oportunidad para reflexionar sobre cómo diversificar el consumo durante todo el año y educar al consumidor sobre la importancia de la carne como alimento esencial.
Estrategias a largo plazo
Pérez Montes propuso una visión de largo alcance: en lugar de luchas contra las tradiciones, el gremio debe centrarse en estrategias educativas que promuevan el consumo consciente, nutritivo y sostenible de la carne bovina, destacando la calidad de los sistemas de producción grass-fed y los aportes a la salud pública.
“La carne es esencial para el sano desarrollo de nuestros niños y jóvenes. Debemos combatir los prejuicios hacia la ganadería y fortalecer la cultura de consumo responsable”, expresó el profesional.
Además, expuso que es clave enseñar a las familias de menores ingresos a preparar cortes económicos con recetas deliciosas y accesibles, integrando la carne de res a su dieta diaria sin afectar su bolsillo.
Mientras Semana Santa sigue marcando ritmos culturales y económicos en Colombia, el gremio ganadero demuestra que sabe adaptarse, resistir y reinventarse.