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Anaplasmosis-bovina

Foto: bmeditores.mx

La anaplasmosis es una enfermedad que tarda en manifestarse lo cual puede ocasionar graves daños al hato.

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Así puede proteger a sus bovinos de anaplasmosis

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Es importante aprender a identificar la anaplasmosis en el hato porque debido a sus características puede pasar un tanto desapercibida en los primeros días de aparición y resultar tarde para tomar medidas.

La anaplasmosis es una enfermedad infecciosa que afecta al ganado bovino y suele desarrollarse lentamente, por lo que pueden pasar desde 15 días hasta 3 meses después del primer contacto con el patógeno para presentar los signos clínicos en los siguientes 10 a 15 días.

La bacteria que ocasiona la anaplasmosis infecta los eritrocitos o células rojas de la sangre de los bovinos que son destruidas por el propio sistema de defensa de los animales para eliminar la infección, lo que ocasiona un descenso drástico en los niveles circulantes de eritrocitos, explica Elizabeth Salinas Estrella, Investigadora Titular en el Programa de Investigación en Salud Animal del CENID-SAI del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), en un artículo publicado en el portal ganaderia.com

Indica que con esto se contribuye a la aceleración de la replicación del patógeno y al aumento en la gravedad de los signos clínicos. Por esta razón, hay animales, generalmente adultos, que pueden morir repentinamente días después de haber llegado a un hato con anaplasmosis.

Para los animales nativos de una zona o un hato con anaplasmosis la situación no es la misma. Estos desarrollan una respuesta inmune que limita la gravedad de los signos, siempre y cuando no haya algún evento de manejo, climático o de salud que altere su estabilidad ante esta enfermedad.

La protección natural que se desarrolla en los animales nacidos en zonas de anaplasmosis es a la vez una ventaja y una desventaja. Por un lado, ante la falta de signos característicos y específicos de la enfermedad, los animales infectados pueden pasar desapercibidos, convirtiéndolos en portadores de por vida; con esto, la anaplasmosis permanece en las ganaderías perpetuando la transmisión. (Lea en CONtexto ganadero: Cuidado: no confunda la babesiosis con la anaplasmosis)

La ventaja es que, al estar en zonas de alta prevalencia de anaplasmosis, se genera lo que se conoce como inmunidad de hato, limitando los brotes de la enfermedad. Sin embargo, situaciones como manejo excesivo, introducción de animales nuevos al hato, vacunaciones, desparasitaciones, castraciones, descornes y otro tipo de actividades pueden ocasionar una disminución de las defensas naturales de los animales y desencadenar enfermedades latentes como la anaplasmosis bovina.

Frente a esta enfermedad, el principal reto para la investigación científica ha sido el diseño de vacunas efectivas que generen protección en los animales de modo que no se enfermen ante la gran variedad de cepas presentes, así como pruebas de diagnóstico.

En el INIFAP se ha desarrollado un inmunógeno atenuado, que se ha aplicado con éxito en lugares con brotes de anaplasmosis bovina en distintos estados de México. Este biológico no evita la infección con cepas de campo, pero sí previene los efectos nocivos de la enfermedad, con lo cual se logra evitar pérdidas en la producción de carne y leche, además de evitar gastos por tratamiento farmacológico o por las muertes de los animales infectados.

El inmunógeno se aplica solo una vez en la vida del animal y no presenta un impacto ecológico ya que, con la vacuna, se evita el uso de antibióticos comerciales para el tratamiento de esta enfermedad.


Las vacunas

De acuerdo con un trabajo de la UNAD, la inmunización mediante vacunación favorece a los bovinos una reducción significativa de la bacteriemia y/o parasitemia, y ha sido una forma económica y efectiva de controlar parcialmente la anaplasmosis y babesiosis bovina en todo el mundo. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Conoce los tres tipos de transmisión de la anaplasmosis bovina?)

Actualmente para Anaplasma sp. se cuenta con dos tipos de vacunas, vivas y muertas, que consisten en el uso de eritrocitos bovinos infectados como fuente de antígeno. Estas inducen inmunidad protectora que silencia o previene la enfermedad clínica, pero ninguno de los tipos evita que el ganado se infecte persistentemente con A. marginale.

La presencia de Anaplasma sp y Babesia spp. es necesario evaluarla desde un estudio integral, que relacione la prevalencia con los factores de riesgo asociados a su presentación. De esta manera, es más fácil determinar los factores que influyen, y con ellos, generar estrategias para el adecuado manejo animal y del predio teniendo en cuenta las condiciones ambienta les y ecológicas locales y los demás factores.

De igual manera, es necesario comprender que estos factores no actúan de manera independiente, si no que en ocasiones convergen, y algunos pueden actuar de manera directa e indirecta sobre el hospedador, el vector, o el agente causal, lo que favorece de esta manera, la presencia de hemoparásitos, sin embargo, se presenta el riesgo de que en condiciones de inestabilidad enzoótica, se presenten brotes, pérdidas de la producción y de la vida del animal.

Por ello, se hace necesario educar a los agricultores sobre el efecto de las garrapatas y las enfermedades transmitidas por garrapatas; y, generar e implementar estrategias que conlleven a un correcto manejo de los bovinos, basado en la evidencia científica, y donde se trabaje en el uso racional de acaricidas y fármacos para el tratamiento de endoparásitos, con el fin de establecer y mantener las áreas de producción ganadera en estabilidad enzoótica.