La leucaena es un árbol leguminoso del trópico de alto valor nutricional, rápida recuperación después del ramoneo, que fija nitrógeno y tolera periodos de sequía prolongados. Para la siembra es importante que se utilice una semilla fresca, bien almacenada y empacada en bolsa de papel alejada del sol y humedad.
Existen 22 especies de leucaena, que a su vez tienen 6 variedades y 2 híbridos naturales. Ganadería Colombia Sostenible recomienda para los SSPi el uso de las leucaenas de tipo Cunningham, porque tiene capacidad de rebrote después del ramoneo, responde muy bien a las podas severas y sus tallos son flexibles, lo que disminuye el desagarre de las ramas. (Lea: Siembra de leucaena y pastos al tiempo)
Para determinar la pureza y calidad de la semilla adecuada para el establecimiento de un SSPi, el productor debe realizar una prueba con la cual de un kilogramo de semilla se pese las dañadas o atacadas por gorgojos y otros insectos, teniendo en cuenta que esta cantidad no debe ser mayor al 3 %.
Es importante que el productor conserve la semilla seca, bien cubierta a temperaturas no mayores a los 7°C hasta que vaya a ser utilizada. Se debe adquirir solamente la semilla que se va a utilizar en la siembra, por lo tanto es preferible comprar nuevamente para posteriores siembras y no usar algún material guardado que haya quedado anteriormente.
Antes de iniciar la siembra, el productor debe realizar una prueba de germinación que consiste que en una hoja de papel absorbente se trace una cuadrícula de 100 espacios para luego depositar en cada espacio una semilla. En este proceso es importante humedecer el papel y envolverlo, manteniéndolo así en un lugar fresco.
Luego de dos semanas se debe revisar el resultado y contar el número de semillas germinadas para así obtener un porcentaje de germinación. El productor debe utilizar semillas que tengan más del 70% de germinación. (Lea: Así funcionan un SSPi Intensivo con leucaena)
Preparación del suelo
El primer paso es construir una calicata de 1 m de lado por 1 m de profundidad, con el fin de analizar el suelo donde se va a establecer el cultivo. Esto se hace para confirmar la textura del terreno en las diferentes profundidades, así como detectar zonas de compactación o láminas impermeables subsuperficiales.
Con esta calicata también se pretende detectar niveles freáticos o encharcamientos que afectan a la leucaena. De igual forma se busca evaluar la presencia o no de indicadores de actividad biológica y vetas subterráneas de roca o arena.
El segundo paso es obtener una muestra de suelo para conocer sus propiedades físicas y químicas. Con esto, se toma una muestra del horizonte A de 0 a 30 cm de profundidad y otra del horizonte B de 60 a 90 cm y se etiquetan y envían al laboratorio.
El tercer paso es sobrepastorear el sitio de siembra para aprovechar el forraje existente y facilitar las labores de preparación del suelo.
El cuarto paso es hacer un primer pase de rastra para descepar, eliminar los obstáculos, desmatonar y preparar el área para la subsolada. Es importante que se respeten los árboles o arbustos de buen desarrollo mayores de 10 cm. (Lea: Cómo aplicar sistemas silvopastoriles intensivos en la Región Caribe)
El paso cinco consiste en labor de subsuelo con el cual se prepara el terreno por medio de dos pases con el tractor. Este proceso de debe realizar al final de la temporada seca.
El sexto proceso es realizar el segundo pase de rastra que se hace para facilitar la construcción de los caballones al eliminar los terrones.
El séptimo y último paso es orientar los caballones siempre de oriente a occidente, usando una brújula para disminuir la sombra sobre los pastos y facilitar su rebrote. Esta labor tiene como fin evitar que la semilla quede expuesta a excesos de humedad, por lo tanto la altura mínima del caballón es de 20 a 30 cms.