En muchos países, las restricciones sobre la producción de grasa en la leche ha generado un interés para reducir el contenido de grasa butirosa, manteniendo al mismo tiempo la producción total de leche. Una de las estrategias más estudiadas es la inclusión de aceite de pescado en la dieta de los bovinos, la cual ha demostrado ser efectiva en disminuir el contenido de grasa de la leche. (Lea en CONtexto ganadero: Así puede incrementar el ganadero la grasa de la leche)
En una publicación del diario Animal Feed Science and Technology se menciona que diversos estudios han demostrado que la inclusión de aceite de pescado en la dieta de los bovinos puede reducir significativamente el contenido de grasa en la leche. Cuando se ofrece heno o ensilaje de maíz como forraje base, el aceite de pescado deprime el contenido de grasa en la leche.
Esta disminución del contenido de grasa en la leche ha sido atribuida a varios factores. Entre ellos se encuentra la inhibición de la síntesis de ácidos grasos y la reducción en la captación de ácidos grasos plasmáticos por la glándula mamaria, así como la inhibición de la actividad de la lipoproteína lipasa o de la enzima acetil-CoA carboxilasa mamaria.
De acuerdo a la investigación, un posible mecanismo por el cual el aceite de pescado reduce el contenido de grasa en la leche es su impacto en el entorno del rumen. Se ha planteado que la inclusión de aceite de pescado en la dieta podría alterar la digestión de la fibra en el rumen y modificar la relación entre los ácidos grasos lipogénicos y glucogénicos.
Es por esta razón que dada la falta de datos experimentales sobre los efectos del aceite de pescado en la fermentación del rumen en dietas basadas en ensilaje de pasto, se diseñó un estudio con el objetivo de determinar si los efectos observados en la disminución de grasa en la leche estaban relacionados con los cambios en los parámetros de fermentación del rumen.
Según la investigación, resultados del estudio mostraron que el nivel o la fuente de aceite de pescado no alteraron la desaparición de materia seca, fibra detergente neutra o fibra detergente ácida después de 12 o 24 horas de incubación en el rumen.
Sin embargo, se observó que aumentar el nivel de aceite de pescado incrementó la concentración de amoníaco en el rumen, aunque no afectó el pH del rumen ni las concentraciones molares de los ácidos grasos volátiles.
Por otro lado, la mezcla de aceite de pescado con heno o ensilaje para los bovinos disminuyó la concentración de amoníaco en el rumen, así como las concentraciones molares de acetato. Al mismo tiempo, aumentó la concentración molar de propionato, un ácido graso que favorece la producción de glucosa en lugar de grasa.
Este hallazgo es relevante para la formulación de estrategias dietéticas en la producción lechera, especialmente en regiones donde las restricciones sobre la grasa butirosa son un factor clave en la regulación del mercado de la leche. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca porqué la grasa de la leche es benéfica para la salud humana)