El trabajo silvopastoril no significa que se permite el crecimiento de toda clase de árboles sin ningún tipo de control. Se requiere de una adecuada planeación y manejo, lo que incluye seleccionar las especies y densidades apropiadas para cada área.
El establecer árboles, controlar la cantidad, su forma y desarrollo por medio de podas y entresacas son una de las tantas acciones que deben tener en cuenta los productores a la hora de darle un manejo a los árboles en pasturas, específicamente para las fincas que llevan a cabo sistemas silvopastoriles. (Lea: 5 árboles comúnmente utilizados en sistemas silvopastoriles)
Es fundamental comprender y poner en práctica que los arboles al igual que el ganado requiere manejo y administración. Partiendo de aquí, se trata de manejarlos, mas no de acabarlos, pues con una buena labor se tendrá en esta vegetación un gran aliado para el desarrollo de los pastos y de la ganadería sostenible.
Es importante tener claro que no es la cantidad de árboles por hectárea la diferencia fundamental entre lo bueno y lo malo de la presencia de estos en la ganadería; es la administración o manejo que se haga con ellos para regular la sombra.
La regulación de sombra es clave para lograr los beneficios del árbol y la suficiente luz solar requerida por el pasto. Sin embargo no se puede negar que el exceso de sombra perjudica el desarrollo de los pastos.
Este manejo de los árboles se inicia desde su temprana edad, especialmente en el caso de los maderables, pues es necesario que desde pequeños se eliminen ramas laterales y se deje únicamente un tallo para lograr la formación y desarrollo de un buen tronco. (Lea: 10 de los árboles más utilizados en sistemas silvopastoriles)
En el caso de los árboles adultos, la mayor parte del trabajo consistirá en eliminar periódicamente algunas ramas para lograr el ingreso de luz solar suficiente para el bus crecimiento del pasto. Sin embargo, en algunos casos será necesario eliminar algunos, pero siempre con evaluación previa de la alternativa de las podas.
Este proceso de recorte y limpieza de los arboles adultos puede demandar, dependiendo del tamaño, una cantidad de mano de obra media o alto, además de una mayor frecuencia en este tipo de labor.
Cuando esta tarea se ha realizado de manera oportuna en las fases de crecimiento del árbol y con cierta regularidad cuando este es adulto, más o menos cada 6 o 12 meses, la labor requerida será menor.
Es importante tener en cuenta que las podas no necesariamente son un costo, pues dependiendo de la especie, estas pueden producir leña o carbón, estacones para los cercos o corales, para cercas vivas, así como forraje para el ganado.
Finalmente, el material que no sirva de esa poda, puede ser replicado y se irá descomponiendo poco a poco y contribuirá con materia organiza y minerales a conservar la fertilidad del suelo. (Lea: Sistemas silvopastoriles: no se trata de solo sembrar árboles)
Fuente: Guía Sistemas Silvopastoiriles. Aspectos teóricos y prácticos, elaborado por CIPAV.