Los parásitos son organismos que viven a expensas de otra especie, llegando a debilitarla, pero con una lesión muy sutil para no eliminar su fuente de alimentación. Conozca los tipos de parásitos que afectan al ganado vacuno y cómo se desarrollaron a lo largo de su vida.
El ser vivo que aloja al parásito se llama huésped. El ganado bovino es un huésped natural de un gran número de ellos, de diversas variedades. Sin embargo, la literatura los ha dividido en 2 grandes grupos: externos e internos.
El libro “Estrategias para el control de parásitos en bovinos del departamento del Guaviare” de Agrosavia (antes Corpoica) que explica algunas de las lesiones que causan tanto unos como otros. (Reportaje: Parásitos del ganado: ¿hasta cuándo?)
Efectos de los parásitos
El libro explica que algunos como las garrapatas y las moscas picadoras se alimentan de sangre, así como otros organismos internos que se alojan en las vísceras y ocasionan anemia, enflaquecimiento o transmiten enfermedades, entre otras.
Las garrapatas también se alojan en la piel y el tejido subcutáneo, causando daños en la piel que pueden desvalorizar a los bovinos para su comercio y su proceso industrial en el faneamiento, así como también lo hacen los nuches.
Por su parte, los nemátodos (gusanos cilíndricos del aparato digestivo) ocasionan lesiones en vísceras impidiendo el aprovechamiento de los alimentos, en tanto que otros parásitos ocasionan obstrucciones que producen cólicos y diarrea.
Hay parásitos que transmiten virus, bacterias e incluso otros parásitos, como las garrapatas que transmiten babesias, las moscas picadoras que transportan algunas especies de anaplasmas o los tábanos que pueden llevar los tripanosomas.
Clasificación
Los parásitos se dividen según su localización en el huésped. Están los externos que se ubican en la piel y el tejido subcutáneo, como garrapatas, moscas, piojos, tábanos y nuches. Los primeros pueden ser permanentes, mientras que las segundas solo acuden a alimentarse.
Los internos corresponden a los organismos que se alojan en las vísceras blancas como rumen e intestinos, o las rojas como pulmones o hígado. Son gusanos de diversas formas: nemátodos (cilíndrica), tenias (anillada), tremátodos (en forma de hoja).
En tercer lugar, existen los parásitos de la sangre, denominados hemoparásitos, que se alojan en los glóbulos rojos ocasionando fiebre, anemia y abortos, entre otros. En el ganado bovino los más importantes son las babesias, Anaplasma marginale o Tripanosoma vivax.
Ciclo de vida de los parásitos externos
El texto también expuso el ciclo de vida de algunos de los parásitos más comunes en los Llanos Orientales de Colombia, que ayudan a establecer cómo se producen en los predios. (Lea: Con el invierno llegan las lluvias, pero también parásitos e insectos)
Garrapatas
Las garrapatas son ácaros y de acuerdo con el ciclo de vida, se clasifican en uno, dos y tres huéspedes. Un ejemplo de garrapata de un huésped es el Boophilus microplus, la más común en los bovinos de Colombia y los Llanos Orientales.
Su ciclo vital comienza cuando una garrapata adulta llena de sangre cae del huésped y a los tres días comienza a poner huevos en el suelo. A los 30 días, nacen las larvas con tres pares de patas que permanecen de 8 a 9 semanas en invierno, o de 4 a 5 en verano.
Una vez el bovino entra en contacto con la larva, esta se adhiere e ingiere sangre entre 6 y 7 días hasta pasar al estado de ninfa donde desarrolla el último par de patas. Otra semana después, muda hacia adulto macho o hembra.
Las hembras son fecundadas por los machos y una semana más tarde, tras haber ingerido la mayor cantidad de sangre, caen al suelo para digerirla, ponen huevos y mueren. (Lea: Si está cansado de las garrapatas, esta podría ser la solución para su ganado)
Las garrapatas de dos huéspedes son aquellas que caen al suelo repletas de sangre como ninfas y luego suben a un huésped en edad adulta, pero según el texto de Agrosavia estas no existen en Colombia. En cambio, sí existen las de 3 huéspedes.
Estas cumplen su ciclo como larvas, ninfas y adultos cumpliendo su ciclo en 3 diferentes huéspedes, por lo cual no solo parasitan animales domésticos o silvestres, sino también a los seres humanos. Pertenecen al género Amblyomma.
Moscas
La mosca de los cuernos (Haematobia irritans) vive sobre los animales alimentándose de sangre y pone sus huevos sobre el estiércol fresco del bovino. Una larva en forma de gusano emerge 10 – 13 días después, que se vuelve pupa y luego mosca. Este ciclo dura 30 días aproximadamente.
La mosca del nuche (Dermatobia hominis) no coloca sus huevos directamente en la piel de los bovinos, sino indirectamente a través del abdomen de zancudos y pequeñas moscas que los transportan hasta el huésped.
Allí se desarrolla una larva que pasa por tres estados de desarrollo L1, L2 y L3. A los 35 días cae al suelo, para empupar, y de allí emerge una mosca adulta en 53 días. La duración del ciclo de vida es de 90 días, aproximadamente.
Ciclo de vida de los parásitos internos
Una vez se alojan en el huésped, los nemátodos se aparean y la hembra excreta huevos morulados, de los cuales emerge una larva que se vuelve infectiva en 7 días. Al pasar de estado 1 a estado 3, hay una mortalidad mayor del 90 %.
Los cestodos o tenias son gusanos en forma de cinta que pueden alcanzar varios metros de longitud. Para cumplir su ciclo completo, necesitan un huésped intermediario que sea ingerido por el huésped definitivo: en el caso de los cestodos del género Monezia, el intermediario es un ácaro de la familia Oribitidae que se encuentra en el pasto.
Asimismo, los trematodos utilizan como huéspedes intermediarios a caracoles y crustáceos, que contaminan aguas y pastos. Cuando los bovinos los consumen, se completa el ciclo biológico. (Lea: Las pérdidas directas que ocasionan los parásitos internos)
Finalmente, dentro de los protozoos, los parásitos del género Eimeria (Coccidias), cumplen su ciclo cuando el huésped elimina ooquistes (el quiste que forma el cigoto o huevo de un parásito), que contaminan el agua y las pasturas.
En condiciones adecuadas de humedad y temperatura, estos ooquistes esporulan se vuelven infectivos y al ser ingeridos van al intestino grueso donde cumplen su ciclo ocasionando diarreas de color verdoso o sanguinolento, según la especie de Eimeria y según el grado de inmunidad del huésped parasitado.